* Israel vuelve a intimidar a los cristianos de Galilea, en el santuario Stella Maris de Haifa. Y luego otra vez en el Monte Sión.
* Los judíos ortodoxos reclaman la posesión de lugares de culto cristianos.
De nuevo acciones intimidatorias contra los cristianos en Galilea. El santuario de Stella Maris, en el Monte Carmelo, una colina que domina la ciudad de Haifa, sigue siendo objeto de ataques por parte de los judíos ortodoxos. Ya no se trata de hechos aislados, que tienen lugar tanto en el norte como en el sur de Israel. Estos actos intimidatorios no deben catalogarse como “pequeños actos de xenofobia” que incluyen “graffiti, actos vandálicos, insultos, empujones, escupitajos”, pero si se analizan en su conjunto, permiten ver un hilo conductor que los une y converge en un único objetivo.
Más de treinta jasidim , que llegaron a bordo de un autobús, seguidores del rabino Eliezer Berland de la Yeshiva Shuvu Achim, se presentaron en el monasterio de Stella Maris, con la intención de orar en el sitio, según ellos, donde está enterrado el profeta Eliseo, alegando que ese lugar les pertenece. Pero desde el día en que intentaron ocupar la iglesia por primera vez, un grupo de católicos ha estado custodiando el lugar sagrado. Esta presencia ha logrado hasta ahora el objetivo de evitar la ocupación. En un intento de invasión, afortunadamente infructuoso, fueron expulsados violentamente de la iglesia, y el enfrentamiento entre las dos facciones continuó también fuera del monasterio. Los padres carmelitas, que custodian el lugar sagrado, advirtieron a los policías que llegaron al lugar separaron los grupos y ordenaron a los jasidimpara abordar el autobús que los había llevado al Monte Carmelo.
Pero el miedo se está extendiendo entre los cristianos de la zona,también porque el pasado domingo, también en Haifa, una persona con un perro atado entró en la iglesia de Mar Elias, en el distrito de Wadi Nisna, durante la celebración de una misa con la intención de perturbar el oficio religioso. Luego de varias insistencias de los fieles presentes, el hombre se fue, reclamando el lugar sagrado. “Los cristianos árabes sospechan que los ultraortodoxos quieren apoderarse de la iglesia, como hicieron en al-Khader, un lugar importante para los fieles de las tres religiones monoteístas, pero que ha sido renovado en los últimos años y ahora se utiliza principalmente para la oración judía. Las provocaciones en el monasterio y en la iglesia se han repetido en los últimos meses”, dijo Jafar Farah, director del Centro Mossawa, una organización que promueve los derechos de los árabes israelíes.
Ayer por la mañana, en tanto, nuevas provocaciones: dos judíos extremistas entraron en terrenos pertenecientes a la Iglesia Ortodoxa en el Monte Sión, luego de haber atravesado un sitio arqueológico. Dispuestos sobre el suelo mantas y almohadas, comenzaron a darse un festín, en lo que para ellos era un vivac legítimo y regular. Invitados a salir de ese lugar, comenzaron a despotricar y maldecir al hombre, que se le había acercado cortésmente y probablemente con miedo, profiriendo expresiones como: «Tú y tu bastarda iglesia deben largarse de aquí. El monte Sion pertenece al pueblo judío y cada momento extra de su estadía es una gran vergüenza». Según se informa, los dos judíos también portaban armas y esto generó alarma entre la gente que los había instado a abandonar ese lugar.
Pero, ¿por qué este odio anticristiano? Su Beatitud Pierbattista Pizzaballa, nuevo cardenal, patriarca de la Iglesia Madre de Jerusalén, comenta: «Una de las causas hay que buscarla en la educación y en el contexto cultural. Hay niños que escupen y gritan a los cristianos, alguien les habrá enseñado eso. Quizás haya una generación más joven, probablemente en los asentamientos, que creció en un contexto extremista y polarizado que no conoce la diversidad. Pero solo podemos especular». Y concluye: «Es cierto que la mayoría de los atacantes son haredim y sionistas religiosos, y entre ellos muchos jóvenes, pero también ha habido muchas reacciones contrarias a estos gestos, por parte de miembros de estos grupos. Así que no debemos generalizar».
Mientras tanto, la comunidad cristiana no se desanima . La Custodia de Tierra Santa ha construido una piscina de 16 metros cuadrados en el barrio cristiano, dentro de las murallas de la ciudad vieja. La instalación formará parte de un nuevo polideportivo en el Instituto Terra Santa, propiedad de la Custodia y financiado por la Unión Europea, la Agencia Francesa de Desarrollo y la Embajada de Francia en Israel. «Cuando se decidió construir aquí la piscina, nadie pensó que fuera posible. Este centro es muy importante para la ciudad vieja de Jerusalén, especialmente para sus jóvenes, ya que los mantendrá alejados del abuso de alcohol y drogas. Jerusalén y sus jóvenes merecen este proyecto, dijo el padre Ibrahim Faltas, vicario custodial.
Por Nicola Scopelliti.
Jerusalén, Israel.
Miércoles 26 de julio de 2023.
lanuovabq.
