En la audiencia general de este miércoles el Papa Francisco ha señalado que la oración y la caridad hacia el prójimo “van de la mano”.
Hoy, 7 de octubre de 2020, el Santo Padre se ha reunido con los fieles en Aula Pablo VI, y ha retomado la serie de catequesis sobre la oración, bajo el título “La oración de Elías”. En ella ha reflexionado sobre la figura de este profeta.
Francisco recordó que el Antiguo Testamento presenta a Elías como alguien sin un origen preciso y sin un final, “pues su historia se cierra cuando es arrebatado, en un carro de fuego, al cielo”. Y también aparece en el Evangelio, en el momento de la Transfiguración, “hablando con Jesús, junto a Moisés”, incluso el propio Mesías se refiere a él “para confirmar la misión y el testimonio de Juan el Bautista”.
Oración, fuerza vital
La Sagrada Escritura describe a Elías como “un hombre íntegro, de fe cristalina, incapaz de compromisos mezquinos” que, ante las pruebas difíciles que tuvo que afrontar, “permaneció siempre fiel a Dios”, explica el Papa.
“La oración era su fuerza vital: ésta le permitió defender el primado de Dios ante los falsos profetas de Baal, en el Monte Carmelo; y lo hizo también consciente de sus propias fragilidades. Elías era un contemplativo, pero sin desentenderse de las situaciones concretas de su tiempo”, subrayó.
Encuentro personal con Dios
Según el Pontífice, Elías enseña que “el fruto de la intimidad con el Señor en la oración, no puede ser otro que el amor concreto a los hermanos y hermanas, a los que Jesús nos envía”.
Además, la experiencia de este profeta revela que la oración “pasa por un camino de crecimiento, que a él lo condujo a la experiencia de un encuentro personal con Dios, que se le manifestó en el signo humilde del ‘murmullo de una brisa suave’, y le devolvió “la calma y la paz a su corazón cansado”.
Con información de Zenit/Larissa I. López