El cirujano argentino Juan Carlos Parodi, entrevistado por Radio Mitre, ha descrito la salud del Papa Francisco como un «asunto muy, muy serio».
En 1980, Parodi salvó la vida del padre Jorge Mario Bergoglio al operarle de gangrena vesicular y peritonitis: «Le operé cuando se estaba muriendo».
Parodi está «muy preocupado» por la infección multibacteriana que causó la neumonía, «de tipo hospitalario, con una tasa de mortalidad muy alta, persistente y resistente a los antibióticos».
«Se trata de un asunto muy, muy grave», afirma Parodi, a quien también preocupan otros factores agravantes, como la actual inmunodepresión del Papa o los cultivos positivos. Una combinación de signos que le lleva a decir que el Papa «debe estar en sepsis».
Por el momento, Francisco es capaz de respirar por sí mismo, sin ayuda de ventilación mecánica.
Según Parodi, «Bergoglio es un hombre fuerte», pero «tiene sobrepeso, no hace ejercicio y come hasta hartarse».
Lo que tiene ahora es una infección bacteriana adquirida en el hospital, que tiene una tasa de mortalidad muy alta. Si es multibacteriana, bronquial y persistente, la infección es muy grave. El Papa tiene una tos persistente y debe de estar ya en sepsis».
BUENOS AIRES, ARGENTINA.
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