Arzobispo Cabrera López preside misa en sepulcro de los apóstoles, “Ustedes y yo estamos conectados con Pedro”

Guillermo Gazanini Espinoza
Guillermo Gazanini Espinoza

Como parte de las actividades del primer día de visita ad limina de los obispos de México, Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey, encabezó una de las principales, la oración y eucaristía ante la tumba del apóstol Pedro, esencial en la visita de los prelados al Vaticano.

La celebración de la eucaristía abrió la serie de visita a los dicasterios romanos que culminará con el encuentro con el Santo Padre Francisco. En la homilía, Rogelio Cabrera animó a los arzobispos y obispos, además de los sacerdotes acompañantes y asistentes al diálogo y convivencia como forma de comunión que está en la base de todo, “comunión teológica, comunión afectiva y comunión pastoral”.

El presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano exhortó a ver en la comunión la aceptación de todo lo pasado, “toda la tradición, pero sobre todo es vivir contemporáneamente la comunión con el Papa Francisco”. Al llamar al Santo Padre “alter Petrus”, enfatizó a los obispos a sentirse “en comunión histórica, pero sobre todo en comunión con el Papa Francisco”.

“Aquí junto al apóstol San Pedro también somos confirmados en esa fe, la fe en Cristo Jesús. Esta fe que es creerle a él, creer en él y creer todo lo que hace Él”, señaló el arzobispo de Monterrey quien, además, invitó a reflexionar para vivir en torno a la comunión con Cristo, “porque la confesión de fe no es sólo creer en algo, no es sólo creer en una verdad, sino es creerle a alguien y ese creerle significa amarlo. Por eso la comunión con el Papa Francisco también tiene esa dimensión afectiva…”

Al concluir la homilía, Cabrera señaló que la presente semana de la visita ad limina que reúne a los arzobispos y obispos de las provincias eclesiásticas de Baja California, Bajío, Monterrey, Chihuahua, Durango, Hermosillo y San Luis Potosí es tiempo de peregrinación que entraña “aceptar ese arco histórico que nace con Pedro y hoy está en las manos del Papa Francisco”.

Con información de Pastoral Siglo XXI, arquidiócesis de Monterrey.

Comparte: