Bajo dominación musulmana, en cuatro siglos, la Iglesia en el norte de África pasó de tener 600 diócesis en el año 640 a desaparecer por completo en el 1076. Sin embargo, en Egipto, Siria o Irak aún sigue habiendo cristianos. ¿Por qué? Probablemente les ayudó ser minorías urbanas y con lengua litúrgica escrita, como se propone en este artículo. ¿Y en España? ¿Qué ocurrió con los cristianos mozárabes que vivieron bajo el dominio islámico?
Tras su participación en el Congreso de Cultura Mozárabe, el catedrático en historia medieval Rafael Sánchez Saus (Al-Andalus y la Cruz, Ed. Stella Maris) explica a Religión en Libertad la resistencia, decadencia y martirio de la cristiandad mozárabe hispana bajo el yugo islámico.
Una amplísima mayoría sometida
La Hispania visigoda es rápidamente conquistada por los musulmanes en el año 711. “Durante el siglo VIII y las primeras décadas del IX, la población cristiana era una amplísima mayoría, en torno al 90% de la población de Al Ándalus. En un primer momento, esta población cristiana pudo mantener su autonomía, regulada por unos pactos producidos en el momento de la conquista”, cuenta el medievalista.
Aquellos pactos dieron pronto paso al sistema de la dimma. “Los cristianos y judíos podían practicar el culto con grandes limitaciones, y a cambio de ello se veían sometidos a un conjunto de normas discriminatorias y humillantes en su vida personal, social y cotidiana, como precio a pagar por vivir en un país sometido al poder musulmán”.
Inferioridad legal sistemática
Tan solo convirtiéndose al islam, detalla Sánchez Saus, el cristiano dejaba de padecer esa situación de inferioridad legal sistemática.
La situación para la Iglesia era muy precaria. “La dimma de los cristianos les impedía evangelizar y contrarrestar el intenso proselitismo musulmán que se daba desde finales del siglo VIII. Nos encontramos ante una Iglesia inerme, que va viendo como muchos cristianos son captados por el islam, unas veces por conveniencia, otras por convicción, o bien por la inmersión cultural”.
Resistencia cristiana al poder y persecución
A finales del siglo VIII, la instauración del Emirato Omeya dio comienzo a un programa más sistemático de islamización de los territorios.
“Hacia el año 825, como consecuencia de la política de los omeyas para establecer un proyecto de estado islámico cultural y lingüísticamente árabe, la presencia de los cristianos será cada vez más complicada e incómoda”.
El catedrático destaca lo poco que se conoce de los mozárabes, debido a que en las crónicas musulmanas prácticamente no se menciona a los cristianos, tan solo cuando se produce alguna rebelión importante.
Los mártires cordobeses
“Hacia el año 850 estalla el fenómeno de los mártires cordobeses, de los que se conocen 50 historias de cristianos -10 eran mujeres, 5 monjas- encabezados por San Eulogio, que van a presentar una resistencia cultural y religiosa al régimen cordobés”, explica el historiador.
Vídeo con la procesión con las reliquias de los Mártires Mozárabes de Córdoba
San Eulogio fue un clérigo líder del movimiento martirial y amigo de otro clérigo importante, Paulo Álvaro de Córdoba, otro de los protagonistas, quien fue “quizá el intelectual más brillante de la España cristiana, un monje de extraordinario brillo intelectual y también moral”.
La figura de San Eulogio no solo se engrandeció como impulsor de los mártires mozárabes a partir del año 850, “sino como defensor de su memoria”, que quedó conservado en el texto de El Memorial de los Santos.
“¡Cuánto glorificaríamos al Señor si, incitados por el ejemplo de nuestros mártires, les imitásemos esforzadamente, no sufriendo más el yugo de esta nación impía”, alegaba el santo mártir.
Las autoridades detuvieron a Eulogio y a otros cristianos que alentaban al martirio. “En la cárcel, Eulogio encontró a dos jóvenes, Flora y María, que se convertirían en las primeras mujeres mártires”. A ellas les seguirían otros cristianos, como el presbítero toledano Gumersindo o Aurelio y Félix con sus esposas Natalia y Liliosa.
Soldados del Califato de Córdoba (siglo IX-X) dibujados por Angus McBride para la popular serie de historia militar de Osprey; el pelo rojo recuerda que muchos militares eran niños eslavos secuestrados y comprados o hijos de esclavas cristianas, islamizados a la fuerza
La rebelión armada de Omar Ibn Hafsun
Omar ibn-Hafsun, perteneciente a una familia muladí –musulmanes conversos desde el cristianismo, o de familia de origen cristiano– fue el líder de la mayor rebelión armada que se conoce contra los emires omeyas. «Estuvo en condiciones de hacer tambalearse al régimen”.
La rebelión, iniciada en el 878, fue secundada en gran parte por los cristianos mozárabes y se extendió por amplios territorios. En el 899, tras 21 años de rebelión, Ibn-Hafsun se convierte al cristianismo en el 899, bautizándose con el nombre de Samuel. Su movimiento tomó un sesgo cristiano cada vez más acusado. Sin embargo, esta rebelión fue destruida por completo en el año 928.
Mujeres cristianas valientes y cultas
El catedrático destaca “el grado de refinamiento y búsqueda espiritual” de mujeres como Argentea, posiblemente nieta de Ibn-Hafsun. “Sabemos de otras que no llegaron al martirio, pero que eran muy próximas a ellas y que las apoyaban”.
“Eran capaces de presentarse ante la máxima autoridad, declarando su fe y que estaban dispuestas a morir por Cristo, reprochando que se hubiese sometido a tormento a otros cristianos”, explica el historiador.
Decadencia y declive del mozarabismo
“Cómo consecuencia de la represión sufrida por la Iglesia y por estos mártires”, explica el profesor, “se inicia un periodo de decadencia y declive del mozarabismo. Se acentuó en el siglo X, en el que se convierten en un grupo colaboracionista. Para mediados del siglo XI”, explica, “probablemente no hubiese más de un 20% de cristianos en al-Andalus”.
En Al-Andalus y la Cruz, el catedrático relata cómo “Álvaro de Córdoba refería desconsolado que sus correligionarios ya no eran capaces de escribir una epístola en latín. Mientras, muchos se afanaban en ponderar la belleza del árabe y componían versos en esa lengua”.
“Lengua árabe, orientalización de las costumbres e islam forman un tridente frente al que nada podía oponer la tradición hispana”.
El fin de la cristiandad mozárabe
Tras la desaparición del califato de Córdoba en el año 1031, la situación de la cristiandad mozárabe era prácticamente irreversible. “Con la llegada de los almorávides primero, en el 1086, y de los almohades después, desde el 1145, comenzó un periodo que ya no era de presión, sino de marginación y aniquilación”.
“Comenzaron a ser frecuentes las deportaciones al norte de África, la persecución y destrucción de iglesias y las matanzas”, señala el historiador. Los cristianos mozárabes respondieron con “una emigración masiva de todos los que podían hacia el norte”, a los reinos cristianos.
“Así es como termina la heredera de la cristiandad española, de forma que hacia 1150 se les pierde el rastro. Puede decirse que a partir de esta época, no hay ya comunidades cristianas en al-Ándalus. Podía haber pequeños grupos, aislados y en situación precaria, pero la estructura eclesiástica había sido eliminada por completo”.
Documental histórico sobre los mozárabes, de 50 min.
Las tres culturas, un mito dañado
España tendría que esperar aún más de 300 años para que la Iglesia se encontrase en situación de desplegar su predicación nuevamente en cada rincón de la península.
Finalizada la Reconquista -«término aceptado y asentado que se debate por una cuestión meramente ideológica, no historiográfica»- queda claro que el de las tres culturas «es un mito muy dañado: no hubo ese afán de tolerancia, sino una dura imposición de uno de los grupos sobre los otros siempre que le fue posible».
Congreso sobre Historia Mozárabe de 2021, con la intervención de Rafael Sánchez Saus sobre el fenómeno martirial.
J. M. Carrera / ReL
25 mayo 2021