Estamos a una semana de celebrar la Jornada Mundial de las Misiones, por lo que, desde hoy, quiero invitarle a que juntos reflexiones en nuestra responsabilidad cristiana de ser proclamadores de buenas noticias.
En un año marcado por situaciones difíciles, causadas por la pandemia del COVID-19, los cristianos debemos responder a nuestro compromiso bautismal fortaleciendo nuestra fe y ayudando a quienes más lo necesitan.
“Esta llamada, dice el Papa Francisco, viene del corazón de Dios, de su misericordia que nos interpela (…) Al igual que a los discípulos del Evangelio, nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente” (Papa Francisco, Mensaje en la Jornada Mundial de las Misiones 2020).
No permitamos que el desánimo y la indiferencia nos invadan, afectando nuestra respuesta, la cual siempre debe ser de servicio y atención, principalmente ante el prójimo que nos pide tenderle la mano para incorporarlo de nuevo a la vida.
Siempre habrá una buena noticia por compartir, en todo momento se nos brindan oportunidades para servir. La proclamación del Evangelio no puede limitarse solo a la palabra, se debe potencializar en la acción permanente, en el servicio generoso y desinteresado.
Si bien, reconocemos y agradecemos de corazón a quienes a lo largo de este tiempo nos han edificado con su testimonio de generosidad sincera en bien de los hermanos, también debemos recordar que no hemos terminado, que el camino es largo y, aunque podemos empezar a percibir la luz, todavía nos queda mucho por hacer.
Durante este semana de preparación, les invito a elevar nuestra oración por quienes cumplen la misión en su vocación específica, no solo en los lugares alejados a nuestro País sino, particularmente, en los cientos de hospitales y centros de salud en los que las 24 horas del día, los 7 días de la semana, están al pendiente de los hermanos enfermos.
Sus acciones nos motivan a no olvidar el sentido de nuestro peregrinar en este mundo, cumpliendo con la misión que se nos encomienda.
Por otra parte, quiero invitarles a la presentación de la Encíclica del Papa Francisco, “Fratelli tutti”, la cual nos brinda luces muy necesarias para el buen desempeño en la vivencia de nuestra fe.
Juntos a mis hermanos Obispos auxiliares, mañana lunes 12 de octubre, a las 12 del mediodía, compartiremos las reflexiones que brotan de esta carta y que mucho nos ayudarán en esta semana de preparación a la Jornada de las Misiones.
Invito a todos los fieles, consagrados y sacerdotes a seguir la transmisión a través de las redes sociales de la Arquidiócesis.
+ Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey
