El Senado australiano ha iniciado una investigación sobre el aumento del exceso de muertes tras el lanzamiento del programa de vacunación Covid-19 en 2021. Este es el primer análisis formal del mundo sobre este tema por parte del parlamento.
La cámara alta intentará identificar las causas del peor nivel de exceso de mortalidad desde la Segunda Guerra Mundial. La investigación se llevará a cabo a petición de Ralph Babet, senador del Partido Australia Unida (UAP). Lleva dos años intentando iniciar un procedimiento, pero hasta ahora estos esfuerzos han sido bloqueados por el Partido Laborista y los Verdes, que ni siquiera explicaron por qué estaban en contra.
El informe de la investigación se anuncia a finales de agosto.
Como escribe David James en LSN, la probabilidad de que los burócratas y políticos gubernamentales admitan haber actuado mal es extremadamente pequeña, incluso en el caso de hallazgos convincentes que apunten al programa de vacunación como la causa del exceso de muertes. “(…) la táctica favorita de los burócratas es discutir sobre detalles menores para distraer la atención del panorama más amplio de la situación”, enfatiza el autor.
Según datos de la Administración de Productos Terapéuticos (TGA) publicados en marzo, «hasta noviembre de 2023 se han registrado 15.114 muertes, un 10 por ciento más que el promedio de referencia».
Quienes se esfuerzan por descubrir la verdad sobre el exceso de muertes predicen que la narrativa oficial probablemente hablará de una «causa multifactorial» del dramático fenómeno.
Habrá algo de verdad en esto (por ejemplo, los confinamientos probablemente han provocado un aumento de las tasas de suicidio) y probablemente se utilizará para nublar el panorama. Sin embargo, esto no explica la magnitud del exceso de mortalidad, comparable a lo que ocurre durante la guerra», subraya el autor.
Otro indicio es el informe de que hay un aumento del 20% en los paros cardíacos repentinos en comparación con la situación de hace cinco años. Los jóvenes sufren ataques cardíacos a un ritmo mucho mayor que antes…
La respuesta del gobierno estatal fue comprar más desfibriladores. Las vacunas no fueron mencionadas como una posible causa, a pesar de la evidencia acumulada de que las enfermedades cardíacas, la miocarditis y la pericarditis son los eventos adversos relacionados con las vacunas reportados con mayor frecuencia”, dijo.
Sin embargo, el tema está envuelto en silencio. Los médicos y académicos australianos corren el riesgo de perder sus carreras si expresan sus dudas sobre las vacunas. También es poco probable que estén dispuestos a asumir la responsabilidad de errores fatales, predice James.
Es más probable que la verdad en Australia tenga que esperar a las opiniones de expertos como el Dr. Francis Boyle, responsable de redactar la Ley de Armas Biológicas y Contraterrorismo de Estados Unidos de 1989. Recientemente testificó en un juicio en Florida que las inyecciones de nanopartículas de ARNm son armas biológicas y de destrucción masiva «, informa un columnista de LSN.
Por David James.
LifeSiteNews.
