Alianza Trump-Viganò: ¿liberación para Italia de la dictadura globalista y fin del Nuevo Orden Mundial Liberal? – Tercera parte

José Arturo Quarracino
José Arturo Quarracino

En la segunda parte de este artículo comentábamos la posibilidad que tiene a la mano hoy el pueblo italiano de liberarse de la dictadura globalista que asola al mundo y así contribuir a los esfuerzos mundiales de poner fin al Orden Mundial Liberal, el que según Henry Kissinger debe ser sostenido y fortalecido, para beneficio del Poder Financiero Internacional que hoy controla y maneja a su antojo la mayor parte de la economía global.

Hay analistas que comparan esta situación con la que vivió Italia a comienzos de los años ’90, en el famoso proceso de persecución judicial contra la corrupción llamado Mani Puliti [Manos Limpias] que sacó a luz la realidad de un país sostenido en base al pago de sobornos como “política de Estado”, sistema de país-soborno que se conoció como Tangentopoli. Ese proceso de depuración del sistema político italiano -conducido principalmente por el fiscal Antonio de Pietro- provocó la avalancha que arrasó y sepultó la Primera República.

Pero otros analistas consideran que hay una diferencia de fondo entre esa anterior Tangenpoli de 1992 y la actual. La anterior fue inspirada por los círculos políticos de Washington que querían deshacerse de una clase dirigente que habría podido crear obstáculos a la adhesión de Italia a la moneda única [el futuro euro], fundamental para las élites europeas y el Club de Roma que ya habían decidido en los años ’70 desindustrializar Italia.

No fue casualidad que se salvara de la cárcel el Partido Democrático de Izquierda, sucesor del histórico Partido Comunista Italiano, expresión de la izquierda progresista y eurista encargada de acompañar en forma suicida al país al patíbulo de la globalización.

En este sentido, la nueva posible Tangentopoli sería nuevamente inspirada por círculos políticos de Estados Unidos, pero provendría de ambientes en total contraposición con los del llamado “Estado Profundo” de Washington. No se abriría una plataforma de acercamiento hacia el mundialismo, sino al contrario, se revertiría esta tendencia que daría un golpe durísimo, o quizás mortal, a éste último.

Si el pueblo italiano pudiera sacarse de encima la corrupta clase dirigente, hoy en día totalmente postrada a los deseos de los círculos del Club Bilderberg y de los grandes lobbies financieros internacionalistas, se podría abrir un enorme espacio para instituir una alianza inédita entre Estados Unidos e Italia contra el globalismo.

Para alcanzar este objetivo, es fundamental que Trump se asegure un segundo mandato presidencial en noviembre, una eventualidad probable, dada la debilidad e incoherencia de su oponente demócrata Joe Biden.

Un Estados Unidos sustentado sobre sus raíces originales hispano-católicas y una Italia recuperando su tradición histórico-cultural humanista y cristiana podrían conformar un eje geopolítico y cultural que frustraría en gran parte, o totalmente, las ambiciones siniestras del globalismo inhumano del Orden Mundial Liberal hoy predominante.

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