«En Italia hay quienes no quieren dar a luz niños con Síndrome de Down. Y alguien, para darlo a conocer, arrancara nuestros carteles del «Día del Síndrome de Down», este martes 21 de marzo, no en vano en la parte donde decía “Que nazcan – #StopAbortion”.
No renunciaremos ante la cultura del descarte que quisiera empujar a Italia a seguir el modelo de los países «felices» del norte de Europa, como Dinamarca o Islandia, es decir, «sin síndrome de Down», donde la carrera por la civilización «perfecta» requiere identificar niños con Síndrome de Down para poder eliminarlos.
¡No queremos llegar a ser así! ¡No queremos ser una Esparta moderna!, no podemos ni queremos aceptar la lógica según la cual en una civilización perfecta no hay lugar para los que no son iguales a los demás, donde los diferentes deben ser eliminados.
No queremos una sociedad incapaz de cuidar a los más frágiles.
No queremos mirar impotentes ante el exterminio de aquellos que Jérôme Lejeune, descubridor del Síndrome de Down, llamó mis –nuestros– pequeños.
Desafiamos a quienes derribaron nuestros afiches, nuestros carteles, nuestros «espectaculares»… a hacerse reconocibles, a revelarse para enfrentar un debate público y civil sobre el tema.
Nosotros, por nuestra parte, no retrocedemos y pedimos con más fuerza que la política ofrezca a aquellas madres y padres que toman conciencia de la presencia de trisomía 21 en su hijo, toda la ayuda y tranquilidad para superar miedos y dificultades. Las pruebas prenatales no son ni deben ser convertidas en un arma eugenésica vergonzosa».
Así se expresó Maria Rachele Ruiu, miembro de la junta directiva de Pro Vita & Famiglia Onlus.
Pro Vita & Famiglia.
ROMA, Italia.
