Al descubierto, otro secreto Vaticano: transferencias millonarias fueron para seguridad informática

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  • Surge un documento de Australia, que Compass ha podido ver, que certifica que el dinero que transitó desde el Vaticano a Australia no tiene nada que ver con el juicio del cardenal Pell, sino que estaba destinado a una empresa de seguridad informática para un contrato relacionado con la gestión de algunos dominios «católicos».

 

Se suponía que el 7 de abril sería el día del interrogatorio del acusado más ilustre en el juicio en el palacio de Londres, pero todo se ha pospuesto al 5 de mayo por un impedimento de los abogados defensoresEvidentemente es el cardenal Giovanni Angelo Becciu, que cayó en desgracia la noche del 24 de septiembre de 2020, cuando renunció a los derechos del cardenalato al final de una entrevista de veinte minutos durante la cual el Papa Francisco le informó que ya no confiaba. a él. En el origen de la decisión del Pontífice, el informe de la justicia vaticana sobre los presuntos delitos de peculado que habría cometido el cardenal y por los que, posteriormente, fue enviado a juicio. En esa etapa, previa a la solicitud de citación a juicio lanzada en el verano de 2021 por la Promotora de Justicia,

Entre ellos también se filtró una supuesta pista australiana vinculada a uno de los casos de injusticia más graves de la historia reciente: a principios de octubre de 2020, de hecho, el Corriere della Sera escribió sobre «700 mil euros enviados a Australia a través de unas transferencias fraccionarias». que «pueden haber sido utilizados para ‘comprar’ a los acusadores en el juicio por pedofilia contra el cardenal George Pell». Al leer los artículos que los denunciaron en ese momento, esas acusaciones parecían pesadas y bastante detalladas. Entonces, sin embargo, a pesar de la atención puesta en el juicio del Vaticano, la pista australiana apenas se volvió a mencionar.

En el medio estuvo el increíble error de la Autoridad Australiana contra el Lavado de Dinero (Austrac) que, respondiendo a una pregunta de la senadora Concetta Fierravanti-Wells, formulada precisamente a raíz de las reconstrucciones reportadas por los diarios italianos, había indicado 2.300 millones de dólares y más de 400 mil transacciones la ronda de dinero entre el Vaticano y Australia en los últimos seis años tomados en consideración. Aunque a cualquiera la cifra le parecía poco realista, había habido algunos comentaristas que la habían considerado la prueba irreal para sustentar la idea de la mano de Becciu detrás del presunto complot contra Pell.

Una tesis desmantelada unos días después por la aclaración de Austrac de que había tenido que admitir el error de cálculo, aclarando que los movimientos totales ascendieron a apenas 9,5 millones de dólares por 362 transferencias.

El único que volvió sobre el tema había sido el cardenal Pell con declaraciones crípticas: “Sabemos que del Vaticano pasó algo de dinero a Australia, dos millones 230 mil dólares, pero hasta ahora nadie ha explicado por qué”, dijo el prefecto emérito de la Secretaría de Economía vaticana. Lo que sí sabemos es que entre 2016 y 2017 la Secretaría de Estado -de la que en ese momento era suplente Becciu- autorizó el pago de múltiples transferencias electrónicas por valor de más de dos millones de dólares a la empresa Neustar, con sede en Melbourne. Respecto a aquellos movimientos sobre los que se presagiaba la sospecha de que pudiera haber una conexión con la acusación de Pell, fue la propia Oficina de Prensa de la Santa Sede la que aclaró en un comunicado de fecha 13 de enero de 2021 que «la cifra es imputable a unas obligaciones contractuales

Así lo confirman los documentos que La Nuova Bussola Quotidiana pudo visualizar: Neustar no es otra que una empresa de seguridad informática, nacida como AusRegistry International Pty en 2003 hasta su cambio de nombre en 2016, que se llama GoDaddy desde agosto de 2020. La empresa está a cargo de registrar e implementar dominios de nivel superior (TLD) y afirma ser un asesor de confianza para varias agencias gubernamentales. De hecho, a partir de los documentos que hemos visto, en una carta de marzo de 2012, el entonces Secretario General de la Conferencia Episcopal Australiana, Monseñor Brian Joseph Lucas, había escrito a Monseñor Paul Tighe, en ese momento secretario del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, expresar en nombre de los obispos australianos «el apoyo a la solicitud del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales de adquirir el dominio genérico de nivel superior».

Quando l’ICANN (Corporación de Internet para Nombres y Números Asignados) ha ‘liberalizado’ la concesión de TLD, el Vaticano ha pasado a registrar y controlar exclusivamente el dominio «.catholic» en inglés, árabe, ruso y también en chinoLa solicitud fue aceptada en 2013 y el dominio fue registrado por el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales. La misma oficina, por tanto, a la que iba dirigida la carta de Monseñor Lucas con la que la Conferencia Episcopal Australiana daba luz verde y en la que se afirmaba que este proyecto (la creación de un dominio «dot-catholic» en chino) facilitaría «en particular, el trabajo de la Conferencia en la autenticación de la presencia de la comunidad católica en el espacio digital» que confirma que los obispos habrían estado felices «

Y si investigas el origen del dominio ‘.catholic’ y de los sujetos que participaron en su registro, resulta que si el registrante es precisamente el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, el proveedor es precisamente el AusRegistry International, o la empresa que se ha convertido entonces en NeustarMientras que Registry Backend se conoce como GoDaddy, el nombre actual del antiguo Neustar. En definitiva, el cruce de esta información sugiere que se podría hipotetizar una respuesta a la pregunta del cardenal Pell sobre los 2 millones 230 mil dólares enviados entre 2016 y 2017 por la Secretaría de Estado: de hecho, el beneficiario Neustar era el nombre del operativo company en Australia que ya se había encargado de registrar y luego administrar el dominio ‘.catholic’ -entre otros- también en chino.

¿Es posible que la Secretaría de Estado enviara esa cantidad para cumplir con las «obligaciones contractuales» sobre el proyecto centrado en ese dominio de primer nivel mencionado en 2012 por el Secretario General de la Conferencia Episcopal Australiana en su carta al Pontificio Consejo de Asuntos Sociales. comunicaciones? Ciertamente es más probable que la historia de espionaje de Becciu que ‘compra’ testigos e investigadores para enviar a la cárcel a un cardenal que consideraba inconveniente y alejarlo de la Curia.

 

Por NICO SPUNTONI.

CIUDAD DEL VATICANO.

SÁBADO 9 DE ABRIL DE 2022.

LANUOVABQ.

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