Adicto a los videojuegos, pensó en el suicidio… y hoy es seminarista.

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“La vida se resume en esto, en un dejarse liar por el mayor liante del mundo, Jesús”. Así describe Jaume Pastor su vocación en La Vanguardia, un joven valenciano de 23 años que estudia en el Seminario Mayor de Valencia. Para él, pese a tener una familia cristiana, llegar al seminario no fue nada fácil.

Misa, rosario y oración desde la adolescencia

Jaume fue educado desde su infancia en colegios cristianos, y compaginaba la formación religiosa que recibía en la escuela y en su familia con la asistencia a algunos centros juveniles del Opus Dei.

En 1º de ESO conoció a don Carlos, un sacerdote que le acompañaría durante la adolescencia y se convertiría en un referente para él. “Muy poco a poco, me ayudó a acercarme a Jesús, proponiéndome frecuentar más mi trato con Dios”, explica el seminarista. Desde entonces comenzó a adquirir un mayor hábito de oración e iba a misa y rezaba el rosario con frecuencia.

Con 14 años, durante un retiro en un campamento del Opus Dei, le invitaron a plantearse la vocación al sacerdocio. La negativa de Jaume fue tajante: “No quiero que me habléis del tema”.

«Dejarse liar por el mayor liante del mundo»

Sin embargo, semanas después, escuchó tres veces la mima parábola del Evangelio el mismo día y en diferentes momentos y lugares: “Entonces dice Jesús a sus discípulos: `La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies´”.

Al principio, Jaume acogió la llamada con alegría. “Jesús es, simple y llanamente, un liante”, bromea. “La vida se resume en esto, en un dejarse liar por el mayor liante del mundo, Jesús, en un atreverse a decirle que sí a su plan”.

Solo y adicto a los videojuegos, pensó en el suicidio

Pero sus padres no lo aceptaron igual. No estuvieron de acuerdo con su decisión, intentaron alejarle de la idea y tuvo que continuar yendo a los encuentros de la Obra a escondidas. Al entrar en la universidad, su padre le propuso dejarlo por un año, y el accedió.

Sin parroquia y nadie con quien poder vivir su fe, la vida espiritual de Jaume se estancó y cayó en la adicción a los videojuegos. “Fue mi vía de escape para huir de la realidad porque no quería aceptar que estaba sin familia, sin parroquia, sin Opus Dei… sin nadie con quien poder vivir mi fe”.

La crisis de Jaume le llevó incluso a pensar en el suicidio. “Aunque estaba francamente mal, quería seguir estando a su lado [de Dios]”.

Pudo decirle «Sí» a Jesús

Su temprana y profunda vocación al sacerdocio estaba en continuo conflicto con su familia, pero sabía que cuando acabase la carrera de Bioquímica, nada podría impedir que entrase al seminario.

El pasado 11 de septiembre de 2020 cumplió su sueño, y desde entonces estudia el primer curso del Seminario Mayor de Valencia. “La razón por la que entré al seminario es por decirle a Jesús que sí, que quiero seguirlo porque me fio de Él”.

 

ReL.

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