El obispo Edward Grosz, auxiliar emérito de Buffalo, en Nueva York, se enfrenta a acusaciones de haber abusado de un niño en 1990, informa la diócesis. Grosz niega categóricamente los cargos.
Grosz “ha accedido voluntariamente a renunciar al ministerio activo y a no ejercer ninguna función sacerdotal o episcopal mientras dure la investigación”, se lee en la nota publicada por la Diócesis de Buffalo. “El obispo Grosz ha negado haber abusado nunca de individuo alguno, adulto o menor de edad”.
El obispo Grosz, que se retiró el año pasado al cumplir la edad canónica de 75 años, ha seguido practicando “ministerios sacramentales limitados”.
El titular de la diócesis, obispo Michael Fisher, ha notificado del caso al metropolitano, arzobispo Timothy Dolan de Nueva York, y al nuncio apostólico. Fisher, sigue la nota, está en proceso de notificar del asunto a las congregaciones apropiadas de la Santa y “ha dado instrucciones a los abogados de la diócesis para que lo comuniquen a la oficina del fiscal del distrito del Condado de Erie”.
Carlos Esteban.
Infovaticana.
