El acoso a los jueces por parte del gobierno sanchista es tan evidente que desde Luxemburgo ya se advierte que el ataque se parece demasiado al de la Hungría de Orban. ¿El Tribunal de Justicia de la UE participando de la supuesta ‘máquina del fango’? El ultimatum de Sánchez es tan tosco que evidencia la amenaza: o pasas por el aro… o terminarás pasando por el aro…
Disponer de un Constitucional controlado le da la tranquilidad de aprobar una ley tan indigna e inconstitucional como la Ley de Amnistía sabiendo que Pumpido se la blanqueará. Por eso no teme los recursos anunciados por el PP ni la oposición de los Fiscales del Supremo. Pumpido se enfangará la toga.
Pero esa tranquilidad no la tiene con el Supremo. Y de ahí su obsesión con renovar el CGPJ. El giro del último minuto ha sido el de mantener el CGPJ modificando el mecanismos de nombramientos. Dejar la cáscara y vaciar la caja. Los años de CGPJ castrado han forzado a la imaginación. Y hasta el actual presidente interino del CGPJ, Vicente Guilarte, se ha aventurado a proponer nuevas fórmulas de nombramientos.
Es verdad que la propuesta de Guilarte es muy razonable: que los miembros del Supremo sean nombrados por sus propios compañeros. Pero la coincidencia de fechas con la propuesta de Sánchez ha encendido los ánimos de sus compañeros que sienten que le está allanando el camino al ‘cambiacolchones’. El se defiende y dice no tener nada que ver. Sea.
El ataque a la independencia judicial se produce cuando conocemos el acoso a la profesionalidad de los fiscales. Los del Supremo mantienen que las imputaciones de Junqueras y Puigdemont no son amnistiables; y si el Fiscal General del Estado insiste, que de la orden por escrito.
Algo parecido hizo la fiscal que hizo publicar datos privados del novio de Ayuso. Esperó a la órden escrita (aunque sea por Whatsapp) de su superior y se aseguró que su negativa había sido recibida adecuadamente. Porque quien comete el atropello debe de asumir sus responsabilidades. Y la jerarquía de la Fiscalía tiene más que ver con la organización que con el criterio que debería regirse bajo el principio de autonomía.
Pero los últimos episodios muestran bien el perfil totalitario y autócrata del gobierno. Por eso insiste en el control judicial, el único que se le resiste. Ha logrado que el PSOE le aclame a la búlgara con una paz propia de cementerios. Ahora pretende anular la independencia judicial. Y después convertir a los medios en aparatos de propaganda.
El modelo es Venezuela. Aggiornado. Más fino. Pero el mismo fin. Control judicial vía nombramientos, con la excusa de que hasta el presidente interino hizo una propuesta en el mismo sentido. Y control de los medios vía asfixia financiera a los díscolos que quedarán fuera de la publicidad institucional, cada vez más generosa con los afines. Europeizar Venezuela. Pero ‘venezuelizar’ España…
El anzuelo del pescador
Puigdemont no entra en España. Dijo que tras la aprobación de la amnistía vendría a España. Pero el juez Llarena recuerda que sigue procesado y la juez de Tsunami ratifica la orden de localización. Las leyes son para cumplirlas y Puigdemont sigue mostrando su valentía.
Montero guiña a ERC. Ofrece a Cataluña un “tratamiento especial” en la financiación autonómica. ¿Razón?, ¿gobernabilidad?, ¿especial por qué?, ¿dónde queda el principio de igualdad?Feijóo se resigna. Presume de que ha logrado aprobar 82 iniciativas en el Congreso en esta legislatura y se prepara para gobernar en lo que resta de legislatura vía Congreso. El que no se consuela es porque no quiere.