* El mismo día de la denuncia pública de los abusos, Vatican News anuncia que las investigaciones continúan. Rompiendo en un momento sospechoso un silencio que duraba desde octubre.
21 de febrero de 2024. Gloria Branciani, exmiembro de la Comunidad de Loyola, fundada por Marko Ivan Rupnik e Ivanka Hosta, da la cara y habla extensamente sobre los abusos sufridos por el exjesuita, durante una rueda de prensa en Roma –en Via delle Botteghe Oscure–, en la que también participaronn Mirjam Kovac, ex hermana de Gloria y exsecretaria de Sor Hosta, y la abogada Laura Sgrò.
Esa misma mañana, curiosa, significativamente, VaticanNews (VN) publica un artículo muy breve, de menos de 2.500 caracteres, escrito por Salvatore Cernuzio, quien asegura a todos que las investigaciones sobre Rupnik continúan, no obstanteun largo silencio que duró desde el 27 de octubre pasado, cuando VN también aseguró que el Papa Francisco había decidido renunciar al plazo de prescripción, para permitir que se llevara a cabo un juicio contra Rupnik. Sin embargo , el artículo que anunciaba el feliz resultado de la investigación del Vicariato de Roma en el Centro Aletti no llegó.
En cualquier caso, cuando se trata de coincidencias…
Con la curiosa publicación del Vaticano el mismo día en que estaba anunciada la conferencia de prensa Un poco como cuando llamas ade la ex religiosa Víctima de Rupnik, sucede lo que mismo que con aquella persona que hace bastante tiempo que no te llama, pero que al byscarla tú, se apresura a decirte:
«¡Estaba a punto de llamarte»!
Así, después de cuatro meses de riguroso silencio por parte de la Santa Sede y sus órganos de comunicación, un silencio que ha enervado a las hermanas maltratadas, hasta el punto de obligarlas a hablar abiertamente con periodistas de todo el mundo frente al Vaticano, resulta que «coincidentemente» en el organo oficial del Vaticano, Cernuzio emerge de la nadau asegura que
las investigaciones continúan.
Vaya «coincidencia», porque durante meses se estuvo buscando una patética cita con la Oficina de Prensa del Vaticano, que ni ese día, ni los días anteriores a la conferencia de prensa, había informado en su Boletín, ninguna comunicación al respecto. Está bastante claro que el artículo de VN fue una búsqueda de cobertura para tratar de amortiguar el inminente bombardeo.
Entonces, la Oficina de Prensa, ¿quién? ¿Cuando? ¿En qué modo? – se apresuró a señalar que en el Dicasterio había efectivamente prisa por intentar ponerse en contacto con las distintas «instituciones implicadas a diferentes niveles en el asunto para recibir toda la información disponible sobre el caso». Y añadió que, «luego de haber ampliado el alcance de la investigación a entidades no contactadas previamente y recién haber recibido los últimos elementos de respuesta, ahora será cuestión de estudiar la documentación adquirida para identificar qué trámites serán posibles y útil de implementar».
¿Pero qué hay que «identificar»?
¿No existe un derecho canónico que indica cómo se debe actuar en estos casos?
¿No queda ya claro, a partir de los cargos que se ocupan desde hace meses en el Dicasterio, de qué delitos se acusa a Rupnik?
En todos estos contactos del Dicasterio, ¿nadie había encontrado todavía el tiempo para llamar personalmente a estas benditas presuntas víctimas, hasta el punto de exasperarlas por enésima vez, y obligarlas a hablar con la prensa?
Preguntas que Cernuzio, el que supuestamente escribió la nota en el diario oficial de la SantaSede, debería haber formulado a la señora Sala Stampa y que, al parecer, se olvidó de formular.
Y así, tras la coincidencia, también la amnesia. A la que se suma la negligencia.
Sí, porque los corresponsales de VN en la rueda de prensa – suponiendo que hubieran ido allí – debieron distraerse con una parte considerable del discurso de Gloria Branciani, del que sólo relataronn estas escasas líneas en el periódico del Vaticano:
: «»Me he perdonado a mí mismo y he perdonado a Rupnik» , dijo Gloria Branciani a los periodistas presentes, reiterando la esperanza de que «se reconozca la verdad y el mal sufrido».
¡ Y todos vivieron felices para siempre: ni una palabra sobre lo que la mujer sufrió a manos del ex jesuita !; Eso fue todo. No dijeron m´pas. Quizá si no hubieran estado tan distraídos, los reporteros del diario del Vaticano habrían comprendido por qué al menos la prudencia -para no anticipar el veredicto de la justicia- les aconsejaba dejar de publicar imágenes de las obras artísticas de Rupnik en su sitio web, en la sección de catequesis de Don Fabio Rosini, desde el momento en que Gloria explicó ad abundantemente en qué contexto erótico nacían las obras de Rupnik.
Ea, cuando menos, hubiera sido una señal de respeto hacia todas las personas involucradas en el asunto, además de decencia.
Pero no. No lo hicieron.
Ni siquiera se menciona en la nota publicada en el diario oficial del Vaticano Santa Sede que Gloria , la víctima, se quejó de la falta de transparencia de la Santa Sede en la gestión del caso, así como del silencio total de todas las autoridades eclesiásticas con las que las dos mujeres habían contactado a través de cartas, en las que denunciaban la manipulación y abuso.
Del Vaticano hacia las víctimas…Nunca una respuesta, nunca la posibilidad de ser recibido personalmente para explicar, para informar.
Ni siquiera después de la revocación de la prescripción por parte del Papa, que en cambio no tardó en recibir a la directora del Centro Aletti, María Campatelli; también fue una de las primeras en no saberlo, ya que Mirjam Kovac reiteró que al menos la mitad de las hermanas estuvieron involucradas en abusos de diversos tipos por parte de Rupnik.
Quién sabe si el Dicasterio, en sus reflexivas investigaciones, también pensó en aclarar el papel de Campatelli y de las demás consagradas del Centro Aletti, quizás convocando una nueva visita apostólica más seria al Centro Aletti.
Por Luisella Scrosati.
Sábado 2 de marzo de 2024.
Ciudad del Vaticano.
lanuovabq.