Este 27 de marzo, diferentes sectores sociales, incluida la Iglesia católica, llamaron la atención en el primer aniversario del incendio de una estación migratoria en Ciudad que Juárez dejó 40 muertos y 28 resultaron heridos identificados como colombianos, ecuatorianos, salvadoreños, guatemaltecos, hondureños y venezolanos.
A través del mensaje “No maltraten al forastero ni al huérfano ni a la viuda; no les hagan violencia, ni derramen sangre inocente en este lugar”, título tomado del libro del profeta Jeremías 22, 3. la Comisión de Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia del Episcopado Mexicano, encabezada por el obispo de Ciudad Juárez, indicó que los muertos en la estación migratoria dependiente del Instituto Nacional de Migración de la Secretaría de Gobernación, “representan a tantos otros que siguen siendo víctimas de las políticas migratorias injustas, de tantos migrantes desaparecidos, asesinados, encarcelados, condenados a la discriminación, al racismo y a la xenofobia por el único hecho de ser indocumentados”.
A un año de la tragedia que causó indignación mundial y por el cual sólo hay 11 imputados, dos personas migrantes, un guardia de seguridad privada y ocho funcionarios públicos del Instituto Nacional de Migración -INM-, las cosas permanecen igual y el director del INM sigue proceso penal en libertad; así, la Dimensión pastoral de Movilidad Humana afirma que el Estado mexicano está empecinado en continuar una política basada en la contención, detención, deportación y militarización.
“No hay cambios significativos” asegura el mensaje destacando, igualmente, la urgencia de replantear las políticas migratorias entre México y los Estados Unidos. “No podemos permitir que México se vuelva cementerio de personas migrantes y refugiadas. No queremos más masacres, accidentes o tragedias para las personas migrantes o refugiadas”.
En la parte conclusiva, el documento suscrito por monseñor José Guadalupe Torres Campos expresa la solidaridad del Episcopado a quienes son migrantes esperando que se realice verdadera justicia en la tragedia de un año así como la “reparación a las víctimas y la no repetición de estos hechos que enlutan a tantas familias que lo único que buscan es el bienestar para ellos y sus familias”.
Hace un año, el 28 de marzo de 2023, tras la tragedia, el obispo de Ciudad Juárez, publicó un severo comunicado en el que exigía a las autoridades el pronto esclarecimientode lo sucedido y las acciones pertinentes para garantizar la seguridad de los hermanos migrantes. Y de toda la ciudadanía, “la solidaridad para con quienes nos necesitan. La colaboración en la caridad de todos es sin duda un camino seguro para ayudar a que situaciones tan tristes como ésta tenga menos posibilidades de suceder”.