…A mi hijo lo respetarán… Pero lo sacaron del viñedo y lo mataron

X X V I I º Domingo del Tiempo Ordinario

Canónigo Juan de Dios Olvera Delgadillo
Canónigo Juan de Dios Olvera Delgadillo

Del santo Evangelio según san Mateo: 21, 33- 43

        En aquel tiempo, Jesúsdijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo  esta  parábola: Había una vez un propietario que plantó un viñedo, lo rodeó con una cerca, cavó un lagar en él, construyó una torre para el vigilante y luego lo alquiló a unos viñadores y se fue de viaje.

        Llegado el tiempo  de la vendimia, envió a sus criados para pedir su parte de los frutos a los viñadores; pero éstos se apoderaron de los criados, golpearon a uno, mataron a otro, y a otro más lo apedrearon. Envió de nuevo a otros criados, en mayor número que los primeros, y los trataron del mismo modo.

        Por último, les mandó a su propio hijo, pensando: A mi hijo lo respetarán. Pero cuando los viñadores lo vieron, se dijeron unos a otros: ‘Éste es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia. Le echaron mano, lo sacaron del viñedo y lo mataron.

        Ahora díganme: cuando vuelva el dueño del viñedo, ¿qué hará con esos viñadores?. Ellos le respondieron: Dará muerte terrible a esos desalmados y arrendará el viñedo a otros viñadores, que le entreguen los frutos a su tiempo.

        Entonces Jesús les dijo: “¿No han leído nunca en la Escritura: La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra del Señor y es un prodigio admirable?

        Por esta razón les digo que les será quitado a ustedes  el Reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos.

Palabra del Señor.       R. Gloria a ti, Señor Jesús.

COMENTARIO: 

  1.  En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo  esta  parábola: Había una vez un propietario que plantó un viñedo, lo rodeó con una cerca, cavó un lagar en él, construyó una torre para el vigilante…’ : Al comienzo de este fragmento consideramos tres cosas: 1) Jesús en esta ocasión se dirige no a sus discípulos sino a los sumos sacerdotes y a los ancianos de los judíos, quienes eran neciamente incrédulos, pues ni viendo los signos extraordinarios de Jesús aceptaban que Él era el Mesías. 2) Les habla a través de una parábola. 3) En la parábola el propietario es Dios, dueño de todo; y el viñedo es el Pueblo de Israel, que Dios constituyó haciéndolo existir pues Él lo eligió, Él lo “plantó” en la existencia.
  2.  “…y luego lo alquiló a unos viñadores y se fue de viaje: encarga a su Pueblo elegido a los jefes de Israel, quienes deben hacer rendir los frutos de fe, obediencia, adoración a Dios, etc. Irse de viaje representa un largo tiempo, y suena más bien a que en aparente ausencia de Dios el Pueblo de Dios y sus dirigentes tendrán que dar prueba de que son fieles a lo que Dios ha mandado. Son puestos a prueba.
  3.  Llegado el tiempo  de la vendimia, envió a sus criados para pedir su parte de los frutos a los viñadores: Después de un tiempo que Dios nos da a todos espera que hayamos producido frutos, y para ello nos son enviados los profetas que en nombre de Dios piden esos frutos de conversión y de fidelidad hacia Dios; ese tiempo es limitado, pues Dios se hará presente de nuevo en el viñedo de su propiedad, y vendrá a juzgar a vivos y muertos, y por ello benditos aquellos que presentarán ante Cristo frutos de conversión y fidelidad en la fe.
  4.  “…pero éstos se apoderaron de los criados, golpearon a uno, mataron a otro, y a otro más lo apedrearon. Envió de nuevo a otros criados, en mayor número que los primeros, y los trataron del mismo modo: Los viñadores malvados en este caso son precisamente los jefes de los judíos, los sumos sacerdotes y los ancianos que desean “mandar” sobre el Pueblo de Israel, pero no para entregar frutos a Dios sino para sus propios intereses, por ello no reciben bien a nadie que les venga a recordar que ellos sólo son administradores y no dueños de la viña que es el Pueblo de Dios.
  5.  Por último, les mandó a su propio hijo, pensando: A mi hijo lo respetarán. Pero cuando los viñadores lo vieron, se dijeron unos a otros: ‘Éste es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia. Le echaron mano, lo sacaron del viñedo y lo mataron: Es exactamente lo que hemos dicho anteriormente, ellos quieren adueñarse de la herencia que es el Pueblo de Dios, quieren que el Pueblo en lugar de que obedezca a Dios, les obedezca y venere a ellos, por ello no quieren al Hijo del dueño de la viña, por ello lo judíos buscarán matar a Cristo en la ilusión de que así el Pueblo de Dios será “suyo” para siempre. El simbolismo de sacarlo de la viña para matarlo es muy claro, Jesús les está diciendo lo que harán con Él: en efecto, a Cristo lo llevaron a crucificar fuera de Jerusalén, fuera de sus murallas,en el Gólgota (cf. Heb 13,12-13)
  6.  Ahora díganme: cuando vuelva el dueño del viñedo, ¿qué hará con esos viñadores?. Ellos le respondieron: Dará muerte terrible a esos desalmados y arrendará el viñedo a otros viñadores, que le entreguen los frutos a su tiempo: Sin darse cuenta ellos solos resaltan y evidencian la maldad de este comportamiento, que sin embargo es el de ellos mismos, al no aceptar a Cristo como al Mésías, al rechazarlo y al buscar su muerte, sin considerar la ofensa infinita que hacen a Aquél que envió a Cristo: el Padre celestial.
  7.  Entonces Jesús les dijo: ‘¿No han leído nunca en la Escritura: La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra del Señor y es un prodigio admirable?: La piedra que desecharon los constructores ha sido Cristo, sin embargo, el Padre al resucitar a Cristo y glorificarlo por sobre todas las cosas (cf. Flp 2,10-11) y constituirlo Señor de cielo y tierra (cf. Mt 28,18), lo constituye la piedra angular de su Iglesia (Hech 4,11), del nuevo Pueblo de Dios que recibe la salvación de Cristo, su redención.
  8.  Por esta razón les digo que les será quitado a ustedes  el Reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos: Cristo le está diciendo a los jefes de los judíos que ellos se quedarán sin poseer ni administrar el Reino de Dios, cuando ellos siempre y en todo lugar se sentían los elegidos por Dios entre todos los Pueblos de la Tierra, pero no hicieron caso ni a los profetas ni a Cristo, Hijo de Dios altísimo, al contrario, matan a los profetas, y también se atreverán contra el Hijo Santísimo del Padre celestial.
  9.  Por ello, el Reino de Dios se le dará a otro Pueblo que sí produzca sus frutos, el nuevo Pueblo de Dios que es la Iglesia, Pueblo de bautizados en Cristo, redimidos por Cristo, que es la piedra angular de la Iglesia. Nadie que rechace a Cristo puede poseer el Reino de Dios, ni sus promesas de salvación y de eterna felicidad; si no aprovechamos la salvación que se nos ofrece, si la rechazamos directamente, o muy educadamente con nuestra indiferencia, lo que hacemos es perder el Reino de Dios, al cual llegarán otros que estaban más distantes que nosotros de recibir el Reino de Dios.
  10.  Pidamos a la Virgen Santísima de Guadalupe, que conserve siempre la fe en cada hogar de México para salvación de nuestra Patria, que siempre nuestra Nación sea viña del Señor, que siempre dé frutos de fidelidad a Cristo, como nos dijo San Juan Pablo II: ¡México, siempre fiel!
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