Ayer 18 de octubre, día en que la Iglesia celebró el Domingo Mundial de las Misiones, el Arzobispo de Guadalajara, Cardenal José Francisco Robles Ortega, ordenó a 34 nuevos sacerdotes y 11 nuevos diáconos.
La Misa se celebró en el Santuario de los Mártires con la presencia de pocos fieles para asegurar los protocolos de seguridad ante el coronavirus. Los fieles presentes estuvieron debidamente separados, todos portando cubrebocas o mascarilla.
Para la Misa de ordenación de los once diáconos y 34 sacerdotes (33 diocesanos y 1 religioso), fue llevada al santuario la imagen de Nuestra Señora de Zapopan, que fue colocada en el altar mayor.
En su homilía, el Cardenal Robles explicó que estas ordenaciones estaban programadas para el día de Pentecostés, como es tradición en Guadalajara, pero por la pandemia “no fue posible realizarlas en esa fecha, pero hoy tenemos el gozo y la dicha de vivir esta gracia, este don que el Espíritu del Señor resucitado hace a la Iglesia de Guadalajara y a la Iglesia toda, universal”.
El Cardenal explicó que “la voluntad de salvación de parte de Dios no es para un pueblo, no es para un grupo, no es para un gremio. La salvación que Dios ofrece es para todos los pueblos y naciones, para todas las razas, de todas las lenguas y de todas las culturas”.
El Arzobispo resaltó que “Dios quiere que todos los pueblos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”.
“Todos somos llamados a transmitir, testimoniar y comunicar la buena nueva de la salvación. De manera especial, algunos somos escogidos por Dios para dedicar toda nuestra vida, todas nuestras energías, todo nuestro tiempo y todas nuestras cualidades para dedicarnos plenamente al anuncio del Evangelio”,
continuó
Con el sacramento del orden, dijo el Arzobispo, “quedamos sellados y marcados por el Espíritu del Señor Jesús para ser un apóstol, mensajero y evangelizar a tiempo completo. Eso debemos ser los sacerdotes: evangelizadores especialistas dedicados a tiempo completo”.
“Como dice San Pablo, con ocasión o sin ellas estamos llamados a proclamar el Evangelio, la buena nueva de la salvación de Dios realizada en Jesucristo”,
destacó.
Los nuevos sacerdotes y diáconos, cada uno “está llamado a ir delante, detrás y en medio de las ovejas. Esa es la consagración que han recibido”.
El Cardenal alentó a administrar “responsablemente” el don recibido. “Primero los que lo reciben directamente, pero todos como Iglesia estamos llamados a cuidar este don, a hacer que fructifique y que no se devalúe, que no desmerezca”.
“Que se mantenga en la grandeza de su fin y destino, que es hacer presente la persona y la acción salvadora de Dios en Jesucristo que Él quiere para todos los pueblos”,
agregó.
“Pidámosle a la santísima virgen, madre fiel y amorosa, en su advocación de Nuestra Señora de Zapopan, patrona de nuestra Iglesia de Guadalajara, que nos ayude a recibir con humildad y agradecimiento este don y que nos ayude a valorarlo y custodiarlo siempre”, concluyó el Arzobispo de Guadalajara.
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