La «Comisión Nacional del Patrimonio y la Arquitectura» francesa votó unánimemente en contra del plan para sustituir algunas de las vidrieras del siglo XIX de la catedral de Notre-Dame, en París, por seis «contemporáneas» [= feas].
El proyecto de nuevas, «modernas» vidrieras, significativamente fue iniciado por el arzobispo de París, monseñor Laurent Ulrich, y Emmanuel Macron, promotor de políticas anti católicas, como el aborto, la eutanasia y la agenda LGBT.
Las vidrieras del siglo XIX fueron diseñadas por Eugène Viollet le Duc. NO resultaron dañadas por el incendio. ¿Cuál, entonces, es el propósito de reemplazarlas por otras, de carácter modernista?
La votación que rechazó la propuesta modernizadora se basó en la Carta Internacional para la Conservación y Restauración de Monumentos, conocida como Carta de Venecia, adoptada por Francia en 1965. En ella se recomienda que no se destruya ninguna parte de un monumento.
Pero Bernard Blistène, presidente de la comisión artística, no acepta la votación y continuará su procedimiento para las vidrieras «contemporáneas». Él había seleccionado a los finalistas para las vidrieras. ¿Por qué tanta insistencia?
PARIS, FRANCIA.
SÁBADO 13 DE JULIO DE 2024.
ESNEWS.
