La profesora Claudia Caneva de la Universidad Roma Tre, advirtió sobre la influencia que la música rock y sus subgéneros como el heavy metal, el death metal y el death rock tienen en las actitudes de los jóvenes:
“Este tipo de música es perjudicial y puede incluso cambiar fisiológicamente a los adolescentes. La influencia demoníaca a través de la música es un fenómeno al que se debe prestar atención», afirmó la investigadora italiana en la conferencia «Música y satanismo», que impartió en el curso «Exorcismo y oración por la liberación», que tuvo lugar en la capital italiana, patrocinado por el Pontificio Ateneo Regina Apostolorum y el Grupo Italiano de Investigación e Información Social y Religiosa.
Caneva, que también es profesora en el Instituto de Ciencias de la Pontificia Universidad Lateranense y en la Universidad Salesiana de Roma, investiga desde hace años el impacto de las obras artísticas en el comportamiento de los jóvenes. En este contexto, recordó el caso de su compatriota Davide Canotti, ex partidario de la secta satánica de Marco Dimitri, conocida como «Hijos de Satán», fundada en 1982 en Bolonia, Italia.
Fue interrogado por la policía después de que profanara varios osarios en cementerios de Italia y robara huesos de niños enterrados allí. Admitió entonces que nunca había consumido drogas y que su única droga era la música. Aseguró que escuchaba grupos de black metal, en cuyas canciones incluso invitaban a la gente a «destruir lápidas y romper cruces», afirmó el experto.
En su opinión, este es sólo un ejemplo de la presencia del satanismo en este tipo de música, que desde el principio estimula un determinado tipo de comportamiento y «evoca determinadas emociones en las personas».
Profe. Caneva también señaló que los álbumes de música contienen referencias subliminales a Satanás y explicó que «si escuchas esto, no significa necesariamente que el diablo esté dentro de ti».
A continuación, se refirió a un fenómeno llamado «neuronas espejo», un descubrimiento importante en neurociencia utilizado en el campo de la educación que explica cómo las neuronas se comportan de manera similar a un espejo.
Esta dinámica demuestra que «la acción que observamos en otra persona se refleja en nuestro cerebro, lo que hace que las neuronas jueguen un papel decisivo en nuestro comportamiento». En este sentido, advirtió que «la música no es sólo música, sino también una actuación, y los jóvenes son víctimas de quienes la crean».
Caneva también mencionó el subgénero musical Trap (género musical que se originó a principios de los años 1990 en el sur de Estados Unidos). Tiene un sonido agresivo, que también puede provocar «emociones negativas, agresividad y ansiedad«, afirmó el científico.
Según ella, parte de la industria del entretenimiento actual busca «una falta de esperanza que destruye a los jóvenes para hacerlos inseguros y poder manipularlos».
Señaló que “las series de televisión proponen a los ‘antihéroes’ como modelos a seguir. Los jóvenes son el futuro y el satanismo no sólo se encuentra en la música, porque también son satánicos quienes inician guerras o explotan a los pobres en el trabajo».
Al finalizar su discurso, la autora señaló que si nos fijamos en portadas de discos o carteles de este tipo de grupos musicales, el satanismo «es fácil de reconocer». Y añadió:
Pero recordemos también que Lucifer era el más bello de los ángeles sobre un trono de hielo, y el hielo representa la indiferencia, algo que esta industria también pretende hacer que los jóvenes sean fríos e indiferentes”.
LUNES 24 DE JUNIO DE 2024.
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