El 21 de octubre, en el canal de Youtube de Infinito+1 se estrena una serie dirigida por un Juan Manuel Cotelo en plena efervescencia creativa (El Trampolín, Catequizis).
Se titula Contagiosos y da la vuelta a la connotación negativa que tiene ese adjetivo, más en los tiempos que vivimos: aquí lo que se contagia es bueno, y lo vamos a comprobar a través de la experiencia de personas con rostro y nombre que irán protagonizando los sucesivos capítulos.
Juan Manuel Cotelo transmite en «Contagiosos» su visión positiva y animosa de la evangelización.
-¿Cómo nació la idea de esta nueva serie?
-Surgió del encuentro directo con personas que contagian alegría, paz, fortaleza, generosidad… sin que ellas mismas sean conscientes de la luz que desprenden. Son personas atractivas, cuyo ejemplo nos estimula a amar más. Su luz es tan clara, que merecerían llevar un ejército de paparazzis a sus espaldas, para que captaran y dieran a conocer el secreto de su brillo. En ellos se cumple un deseo expresado por Jesús: «Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos» (Mt 5, 16).
-En el contexto de una pandemia mundial… ¿no es atrevido usar la palabra Contagiosos como título de una serie?
-Teníamos pensada la serie, con ese título, desde antes de que surgiera el virus. Cuando vino la pandemia, leímos unas palabras del Papa Francisco con las que invitaba a «contagiar» amor y nos gustó que usase esa misma palabra, confirmándonos el concepto que ya queríamos transmitir. Decía así: «El peligro de contagio de un virus debe enseñarnos otro tipo de ‘contagio’, el del amor, que se transmite de corazón a corazón.»
»Los protagonistas de esta serie brillan con fuerza en la oscuridad imperante y, por eso, queremos provocar la pregunta por el origen de su mirada serena y optimista. Y de paso, que cada espectador se pregunte: ¿qué contagio yo a mi alrededor? ¿Paz o tensión? ¿Unidad o división? ¿Generosidad o egoísmo? ¿Y por qué transmito eso, precisamente?
»La serie Contagiosos contrasta con el contexto social de queja y victimismo. Lo fácil es difundir las malas noticias, en lugar de las buenas. Lo fácil es dar más fama a los anti-héroes y a los problemas, que a los héroes y a las soluciones. Pues hagamos algo para equilibrar la balanza, porque estamos necesitados de ese «factor X» misterioso pero real, palpable, que tienen estas personas. Porque además no son seres especiales, sino normales y corrientes, como cualquiera de nosotros. Por eso podemos identificarnos con ellos.
-Háblenos de los protagonistas de los primeros capítulos. ¿Quiénes son?
-Hay jóvenes y mayores. Casados y solteros. Artistas, deportistas, una profesora, un taxista, una diseñadora… realmente no pueden encuadrarse en una categoría, son inclasificables, lo que muestra que cualquiera puede contagiar lo que ellos contagian, dando los pasos que ellos ya han dado.
-¿A qué se refiere?
-Fundamentalmente, a salir de uno mismo. Es el paso más difícil, para todos. Nuestra tendencia fácil es el egoísmo, la preocupación obsesiva por mi propio bienestar, mi propia seguridad, el control total de mi vida. Y así, nos encerramos en nosotros mismos, nos volvemos opacos, no transmitimos luz ni captamos las necesidades reales de los demás. En cambio, cuando redirigimos nuestra mente y nuestras energías hacia el bienestar de los demás… ¡empezamos a dar luz a nuestro alrededor, sin darnos cuenta! Es como la «fórmula secreta», que está al alcance de todos y que ya ha sido probada millones de veces y siempre funciona… pero no acabamos de creérnoslo, porque amar siempre exige esfuerzo.
-¿Cómo les han encontrado? ¿Es difícil dar con personas que contagien todo eso tan positivo que menciona?
-No, porque están por todas partes, aunque no hacen ruido. Su presencia es discreta, pero se les reconoce por el perfume agradable que difunden a su alrededor. Como dijo Santo Tomás de Aquino, «el bien es difusivo por sí mismo.» A algunos Contagiosos les hemos conocido directamente. Y a otros, a través de alguien que nos ha hablado sobre tal o cual persona. De hecho, confiamos en que los espectadores de la serie nos ayuden a dar con más posibles protagonistas, cuya luz podría alumbrar a más personas a través de estos capítulos. Todos conocemos a alguien que desprende bondad, que es un ejemplo contagioso de generosidad.
El rapero Grílex protagoniza el primer capítulo de «Contagiosos».
-Para producir la serie, ¿también cuentan con la ayuda de los espectadores?
-Sí. De hecho, solamente contamos con su ayuda. Si ahora podemos lanzar la serie Contagiosos es porque muchas personas se han sumado a la Fundación Infinito+1 con sus donaciones. Todo nuestro trabajo se sostienen gracias a la ayuda generosa de nuestros espectadores, del mismo modo que este portal de información religiosa se sostiene con la ayuda de sus lectores, o Radio María gracias a la ayuda de sus oyentes. Es bonito comprobar que la evangelización a través de los medios es una misión en la que cualquiera puede colaborar. Es un trabajo en equipo, en familia. Cuantas más personas se sumen, más podremos producir y más difusión podremos dar al mensaje necesario y actual del Evangelio. Nosotros iniciamos la producción, pero su continuidad y crecimiento depende de la implicación y generosidad de los propios espectadores.
-¿Dónde y cuándo podremos ver los capítulos de Contagiosos?
-La serie se estrena el 21 de octubre, a través del canal de Youtube de la Fundación Infinito+1. Cada mes, lanzaremos un nuevo episodio, una nueva historia contagiosa. Es el mismo canal que hemos usado para las Catequizis para niños, que han tenido muy buena acogida y expansión internacional, traduciéndose a varios idiomas. Ahora confiamos en que Contagiosos también se expanda por el mundo, provocando una ola de alegría.
-¿Qué efectos puede provocar en el espectador el visionado de Contagiosos?
-Los primeros espectadores nos han manifestado que, desde el principio, sienten un picorcillo en el corazón, seguido de un incremento brusco del apetito. Crece el hambre de belleza, de alegría, de bondad, de paz, de amor. Todos tenemos esos deseos aunque a veces están dormidos, por habernos alimentado con alguna dieta equivocada. Un primer síntoma de contagio es sentir que ese gusanillo interior se despierta y se mueve, reclamando atención. Es incómodo. Porque nos invita a salir de la zona de comfort en la que nos encontremos.
-¿Qué hacer en ese caso?
-Al detectar esta reacción, no hay que frenarla, sino alimentarla a toda prisa, sin cálculos, sin miedo. El corazón se acelera, hasta el punto de que las personas de alrededor pueden empezar a percibir los síntomas, porque los latidos son tan fuertes que no pueden encerrarse dentro del pecho. Llegados a este punto, se recomienda soltar todo por la boca, sin frenos ni mascarillas: compartir con los demás el motivo de nuestra alteración interna y externa, para que también ellos puedan contagiarse. Así se expande esta oleada de esperanza: por contagio directo.
-En la Fundación Infinito+1 están trabajando en formatos online, después de haber producido películas para salas de cine y plataformas de visionado. ¿Por qué han apostado ahora por crear contenidos gratuitos a través de Youtube y otras redes sociales?
-Porque todos los canales son óptimos para la difusión del Evangelio. Como dice San Pablo, «me hago todo para todos, con tal de ganar a uno solo.» En Infinito+1 seguimos con proyectos cinematográficos de gran envergadura, que exigen grandes presupuestos y plazos de producción dilatados, además del conocimiento de las claves de la industria cinematográfica. Pero también queremos producir formatos más sencillos, gracias a las donaciones de personas que aportan pequeñas cantidades, facilitando así la producción de contenidos destinados a llegar al teléfono móvil o a la computadora de cualquiera. Así como hay platos que sólo se degustan en un buen restaurante, hay alimentos que pueden ingerirse en cualquier lugar. Todo es bueno si contribuye al crecimiento espiritual.
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Con información de Religión en Libertad/Enrique Rodríguez