* Una gran batalla contra Dios y sus leyes se está librando ante nuestros ojos. También hay personas dentro de la propia Iglesia que fomentan la rebelión hostil a Cristo.
* El Sínodo sobre la sinodalidad está provocando una gran confusión.
Un gran desafío para la educación católica es evitar las distracciones que traen las falsas ideologías: ateas, materialistas… Es necesario centrarse en el anuncio de Cristo. Es Él quien viene a nosotros a través de la Tradición Apostólica, a través de la Tradición viva de la Iglesia , afirmó el cardenal, hablando el 18 de mayo en el Thomas Aquinas College, en Estados Unidos.
Vivimos en tiempos muy convulsos; A veces incluso parece apocalíptico. […] La rebelión contra Dios, la Revolución contra Sus verdades y el amor que nos ha dado en la Iglesia, ha alcanzado un nivel inimaginable.
Es una rebelión no sólo contra la fe, sino también contra la razón. Vemos en el mundo una negación de la naturaleza que Dios nos ha dado.
Además, esta rebelión y Revolución también la perpetúan algunos en la misma Iglesia, incluso aquellos que son llamados y ordenados para ser pastores del rebaño. Vemos efectos devastadores en la Iglesia en Alemania. La actual sesión del Sínodo de los Obispos amenaza con extender la misma destrucción a la Iglesia universal , señaló el jerarca.
El Cardenal enfatizó que el enojo y la preocupación de los piadosos católicos por lo ocurrido con el Cuerpo Místico de Cristo está justificado. Se trata de apostasía y abandono del mismo Señor; la adoración que se le debe es reemplazada por la mundanalidad y la rebelión contra Dios.
La respuesta adecuada a la crisis es «permanecer en la Iglesia con Cristo, ser su fiel colaborador en la verdad, proclamar su palabra salvadora y llevar su gracia salvadora al mundo – con mayor fidelidad y generosidad, incluso en ante la indiferencia, la burla, la persecución o la muerte», afirmó el cardenal.
Dios Padre nos ha encomendado a cada uno de nosotros el cuidado de alguna parte del Reino de Su Divino Hijo Encarnado. Sólo debemos preocuparnos de ser seguidores y discípulos fieles, generosos y puros de Cristo Rey , añadió.
cardinalburke.
