*El argentino engañó a los incautos sobre su combate al aborto.
Javier Milei, durante su visita a Madrid para presentar su libro «El camino del libertario», reiteró su rechazo frontal al concepto de justicia social, calificándolo de «aberrante». Frente a ello, el obispo José Ignacio Munilla respondió a esta postura afirmando que tal rechazo evidencia una «deriva de una nueva derecha desarraigada del evangelio y de la doctrina social de la Iglesia».
El obispo explicó que la justicia social es una obligación moral que tenemos todos, incluido el estado, para procurar el equilibrio y la equidad en la población, especialmente con los más desfavorecidos. Citó tanto la doctrina social de la Iglesia como el pensamiento de Aristóteles para fundamentar sus argumentos.
«La justicia social no solo tiene raíces judeocristianas, sino también en la propia filosofía en Aristóteles», afirmó.
El prelado criticó la postura de Milei, explicando que no se puede renunciar a conceptos esenciales solo porque hayan sido manipulados. «Si la palabra amor está siendo manipulada, denunciemos esa manipulación y rescatemos el verdadero amor. Si el concepto de justicia social está siendo manipulado, denunciemos esa manipulación y rescatemos la verdadera justicia social», dijo Mons. Munilla.
La Nueva Derecha
Además, Mons. Munilla señaló la falta de formación y fundamentos en la nueva derecha internacional, argumentando que una política meramente reactiva carece de solidez. «Renunciar a la palabra justicia social es desligarse de todo un legado de filosofía política y teología», comentó. Subrayó que la justicia social es un componente esencial de la solidaridad y del bien común, valores profundamente arraigados en la doctrina cristiana.
Cambio de postura respecto al aborto
Mons. Munilla también abordó la política internacional, mencionando inconsistencias en las posturas políticas sobre el aborto como es el caso de Donald Trump y el presidente argentino. Recordó cómo Milei, antes de las elecciones, se comprometió a luchar contra el aborto, pero recientemente declaró que no es una prioridad y que nunca prometió prohibirlo. «Parece que aquí la letra y la música no conjugan», dijo el obispo, subrayando la falta de coherencia en las posturas políticas de Milei.
El programa también incluyó una comparación entre Babel y Pentecostés, destacando cómo la búsqueda de la gloria personal conduce a la división, mientras que el servicio a Dios y al bien común fomenta la unidad. «Pentecostés es el anti-Babel, es la sanación de esa gran herida de Babel», explicó Mons. Munilla.
Viendo el panorama sociopolítico actual, Mons. Munilla hizo una lectura crítica de la situación en España, enfatizando la penumbra y la crispación en el ambiente político. «Babel se caracteriza por la penumbra, mientras que Pentecostés se identifica con la luz. Entra, Espíritu Santo, hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquéceme», rezó Mons. Munilla, subrayando la necesidad de un cambio profundo en la sociedad.
En un ejemplo concreto, el obispo criticó la reciente situación en Cataluña, donde la formación del gobierno autonómico se ha retrasado hasta después de las elecciones europeas, generando dudas sobre la transparencia y la legitimidad del proceso. «Estamos viendo continuamente que la lucha por el poder lo justifica todo», dijo Mons. Munilla. «En el caso concreto de las elecciones catalanas, resulta que hay unos resultados electorales, pero vamos a ver, ya viene la pretensión de decir: ‘Bueno, yo aquí igual habré perdido, pero voy a ser capaz de proponer que yo gobierne aquí porque, como tú a mí no me permitas gobernar aquí, te derrocaré en el otro sitio’».
El obispo no escatimó en críticas hacia el gobierno actual, acusándolo de manipular el sistema legal para mantenerse en el poder. «Es increíble que todo eso se haga para continuar en el poder. Estamos instalados en la torre de Babel», afirmó Mons. Munilla. «Lo que no podemos olvidar es que Dios derribó aquella torre. Decir que Dios derribó la torre de Babel es decir que Dios dejó a los soberbios a sí mismos».
Finalmente, Mons. Munilla concluyó con una reflexión sobre la vocación política y el servicio público, criticando a aquellos políticos que solo buscan el poder y no están dispuestos a servir en la oposición. «Estamos instalados en la torre de Babel, y este es nuestro problema», sentenció.
MADRID, ESPAÑA.
INFOCATÓLICA.