Las esperanzas de un cambio para bien del país se han derrumbado:
- Todos los candidatos presidenciales respaldan el aborto.
- Todos los candidatos presidenciales apoyan las llamadas uniones homosexuales.
- Todos los candidatos presidenciales se presumen de izquierda: la de la oposición, incluso, asegura haber tenido militancia trotskista.
- A la candidata presidencial de oposición ya le han aparecido en documentos oficiales 3, sí, 3 distintos esposos. Y su hija cuenta con dos Actas de Nacimiento, con apellidos paternos obviamente diferentes.
- La alianza opositora postula para la capital del país a personajes involucrados con el llamado “Cártel Inmobiliario”, integrado por exfuncionarios panistas ya confesos, encarcelados y algunos de los cuales han tenido que devolver propiedades millonarias.
- Un exgobernador de la oposición vinculado con el narcotráfico, fue postulado formalmente, a pesar de sus antecedentes.
- El presidente de uno de los principales partidos de oposición exhibió cómo había negociado la entrega de puestos públicos que al gran público se le presentan falsamente o como “organismos autónomos”.
- La corrupción, la opacidad y el autoritarismo arbitrario del morenismo es inaudito y descarado, un total atropello y manipulación de la pobreza y la ignorancia.
La lista de ejemplos es inmensa…
¿Puede por lo tanto alguno de esos candidatos salir en defensa de la vida, la familia natural, las libertades fundamentales y algo de democracia?
¿Puede por lo tanto alguno de esos candidatos asumir la defensa y preservación de los principios de sustentabilidad futura del país?
¿Puede por lo tanto alguno de esos candidatos ponerse los pantalones y por primera vez dar verdaderas garantías a los ciudadanos?
Se trata, por tanto, del poder por el poder. Una lucha para obtener cargos públicos y vivir seis años más del erario, sin rendir cuentas a nadie del desempeño de su gobierno, verdaderos tiranos.
Ese es el drama de México. Ese es el drama para todos los mexicanos.
Los principios y valores de sustentabilidad nacional han sido sepultados, deliberadamente abandonados, para en cambio privilegiar la alianza entre contrarios de superficie en disputa por el botín del poder, con una izquierda cada vez más despótica y totalitaria.
Por todo ello cobra enorme valía la propuesta lanzada por el destacado ingeniero y empresario Pedro Novo, dirigente de la asociación civil “CIUDADANO GOBERNANTE”, de condicionar el voto en las próximas elecciones, al compromiso que adquiera cada candidato en torno a 4 puntos fundamentales, no negociables:
- La defensa de la vida.
- La defensa del matrimonio y familia natural.
- Garantizar el derecho de los padres a la educación de sus hijos.
- Leyes que otorguen poder real a los ciudadanos, es decir, que promuevan el inicio de una de verdadera democracia y por ende legalidad del poder público.
Aquellos que están interesados en obtener el voto, deben de comprometerse a respetar, defender y promover los principios no negociables, que además son los de sustentabilidad nacional.
“No votamos si no tenemos las garantías del cumplimiento de esos cuatro no negociables».
Propone Novo
Pero ¿a qué se refiere cuando habla de empoderamiento ciudadano? El dirigente de “CIUDADANO GOBERNANTE” tiene razón: México nunca ha vivido una auténtica democracia. Durante prácticamente un siglo estuvo sometido a la voluntad, al autoritarismo unipartidista del llamado “Sistema”: la simulación democrática girando alrededor del Presidencialismo, vino la alternancia, pero se han mantenido las mismas reglas, por lo tanto, México vive en una tiranía ilegal.
Para que México viva el inicio de una verdadera democracia, sustentada, participativa, y trascendente, es imperante que existan los mecanismos para que los mexicanos quienes aportan los recurso y son el objeto del Estado, puedan mandar sobre sus empleados públicos, puesto que son ellos quienes por medio del voto contratan cada cierto tiempo a los funcionarios públicos, quienes por legalidad deberían sujetarse a la verdadera voluntad popular, así como dar garantías reales de cara al cumplimiento de sus “compromisos” de campaña.
En este contexto, históricamente ni los partidos ni los candidatos han dado alguna vez garantías o certeza jurídica a los ciudadanos de que verdaderamente cumplirán con lo prometido en campaña, por lo que en cada elección que ha tenido México se ha cometido un fraude en contra de los ciudadanos, es el elefante de la corrupción y el atropello en medio del cuarto, que ningún “cerebro brillante o líder espiritual, o social quiere ver”.
Hoy, los viejos “rivales”, los partidos políticos que por casi un siglo simularon el multipartidismo nacional, se han quitado las máscaras y marchan aliados, de la mano, para volver a aparentar el rejuego democrático. La izquierda morenista ha resultado igual o más corrupta y tiránica que sus antecesores. Todos los partidos, absolutamente todos, sin recato alguno, postulan a hombres que han estado en uno y otro lado, exactamente los mismos, saltando de un partido a otro, además todos han propuesto y votado juntos leyes absurdas contra México y aún contra sus mismos principios estatutarios, es un verdadero escándalo y burla a los ciudadanos.
Para iniciar el cambio, se necesitan, como lo postula el ingeniero Novo, dos cosas:
Primero, condicionar el otorgamiento del voto al compromiso, por parte de los candidatos, del cumplimiento al respeto, defensa y promoción de los cuatro principios no negociables ya citados.
Segundo y como ampliación explicativa del 4to no negociable, la exigencia de a quienes asumen los cargos públicos, de hacer las leyes rigurosas donde los funcionarios electos sean obligados a cumplir sus promesas de campaña y así se conviertan en auténticos mandatarios… y no como hasta hoy en tiranos mandantes.
Sólo así el ciudadano será verdaderamente el gobernante, de lo contrario, queda el recurso de abstenerse, para no legitimar la estafa democrática, o sea ser partícipes de lo que es un fraude y una total ilegalidad.