Mañana domingo 28 de abril, el Papa Francisco visitará Venecia , la ciudad lagunar que ha dado a la Iglesia tres Papas y acogido a otros tantos entre sus calles acuosas. La visita tiene una duración prevista de cinco horas y el vuelo de ida saldrá a las 6.30 horas desde el helipuerto del Vaticano. A las 8 horas, aterrizaje en la plaza interior de la prisión de mujeres de Giudecca, que acoge el Pabellón de la Santa Sede en la Bienal de Venecia.
Por la mañana, el Papa se reunirá con los jóvenes en la Basílica de la Madonna della Salute con quienes cruzará el puente hasta llegar a la Piazza San Marco, donde celebrará la Misa a las 11.00 horas, después de una parada privada en el interior de la Basílica dedicada. A la patrona de Venecia, el vuelo de regreso al Vaticano saldrá a las 13:00 horas.
Ahora,el artículo de Alberto Vitucci, donde narra lo sucedido con Benedicto XVI:
«Mi padre me dijo: “Si llevas a un Papa en góndola, entenderás lo que significa”. Él estaba en lo correcto. Fue la emoción más grande de mi vida».
Franco Dei Rossi, conocido como «Strigheta», de 70 años, Buranello, campeón de remo y hombre de la laguna, no puede contener las lágrimas. Fue el último en llevar a un Papa en góndola, el 8 de mayo de 2011. Joseph Ratzinger, junto al entonces patriarca Angelo Scola, a bordo de la góndola “dogaressa”. Remada por los cuatro súper campeones de remo y gondoleros Giampaolo D’Este, Igor Vignotto, Franco Strigheta y su hermano Bruno.
Una tradición familiar. Porque el padre de Franco, Albino Dei Rossi Strigheta conocido como «Gigio», figura legendaria del remo y ganador de 14 Regatas Históricas, había empezado desde joven a transportar patriarcas y pontífices.
«Era el gondolero personal del Patriarca Roncalli, «quien más tarde se convirtió en Papa con el nombre de Juan XXIII. Tenía una buena relación con los gondoleros. Los invitó a San Marcos, de vez en cuando les regalaba algunos miles de liras… Cuando se convirtió en Papa fueron a visitarlo como delegación.
“Ven a comer con nosotros, Santidad”, le dijeron. Pero él sonrió:
“Chicos, aquí no mando yo…”.
Patriarcas y papas para Gigio Strigheta. Luego Gigio Strigheta llevó en góndola a otros dos Papas: Pablo VI, en 1972, el día en que colocó la estola al cuello del futuro Papa Luciani. Una señal premonitoria de que ascendería al trono de Pedro. Y Juan Pablo II, el Papa polaco, que vino a Venecia en junio de 1985.
«Mi padre remaba en la popa, Italo Crea, Marcello Bon, Fravega también estaban en el barco. Y con Pablo VI Crea, Ciapate y Morucchio.» «Mi papá me contaba muchas veces los detalles de aquel inolvidable viaje en góndola. ¡Ya verás, si te pasa entenderás lo que significa! Él estaba en lo correcto. Fue realmente una gran emoción. Entendí muchas cosas. También que el Papa es una persona especial».
En los recuerdos de Franco también se incluye el salto inesperado que dio Benedicto XVI, ya entonces ya no joven, para subirse a la góndola.
¡No puso el pie en la banda, saltó directamente a la góndola!», recuerda Strigheta con una gran sonrisa, «lo atrapamos rápidamente, ¡casi se cae al agua!»
Al final del pequeño cruce de la Cuenca, de San Marco a Salute, Ratzinger bajó ayudado por los gondoleros y les estrechó la mano uno a uno. «Benedicto XVI era una persona de mucha dulzura y espiritualidad. Aquí, estas son cosas que se quedan dentro para siempre».
Franco muestra fotos de su padre, y de él mismo en una góndola con librea blanca, junto a su querido hermano Bruno, quien fallecería unos meses después. «Es un momento de mi vida que nunca olvidaré, dice, ahora iremos a ver al Papa Francisco. Lamentablemente no puede subir al barco. De lo contrario, estábamos preparados para llevarlo a las aguas de nuestra querida ciudad».
Por Alberto Vitucci.
Venecia, Italia.
Gente Veneta, número 17, del 26 de abril de 2024, página 23
(Foto Ansa: el Papa Benedicto XVI se acerca al muelle de San Marco, 8 de mayo de 2011)
