* No debemos perder nuestra identidad
«El mundo nos absorbe. El cristiano debe estar en el mundo, pero no ser del mundo. No podemos servir a dos señores. Si sucumbimos al mundo, mundializamos el mensaje de Cristo y no cristianizamos la sociedad”, afirma el padre Santiago Cantera.
Un mundo en el que operar pero que engulle, como bien entendió san Benito, dice el padre Santiago:
La opción de san Benito no era un retiro para escapar de una civilización que se hundía, sino una búsqueda intensa de Dios, retirarse para recuperar fuerzas y formar vínculos comunitarios para, desde allí, irradiar fe. Pero el cristiano no puede simplemente huir. Tiene siempre la misión de evangelizar con los medios a su alcance«.
Un juego pues de equilibrios en el que la misión evangelizadora, en la realidad que nos rodea, no nos lleve a perder nuestra identidad ni siquiera a aislarnos. Evangeliza, sumérgete en la realidad, por tanto, pero mantén siempre la mirada fija en la cruz y en todo lo que implica abrazarla:
Vivimos junto a la cruz más grande del mundo. El cristiano descubre el sentido de la vida en la cruz, y abrazarla en los momentos difíciles le da un sentido trascendente.»
Esto significa que en las persecuciones «junto con el misterio redentor de Cristo, este dolor ofrecido tiene un valor positivo para la salvación de la humanidad y para reparar todas aquellas faltas de amor hacia Dios».
El padre Santiago Cantera , prior de la comunidad benedictina de la Santa Cruz, del Valle de los Caídos, en la Sierra de Guadarrama, a pocos kilómetros de Madrid, fue entrevistado por la Revista Misión . El religioso que dice sentir la llamada a la vida religiosa desde niño, habló de su vocación después de una larga vida como laico, asegurando, precisamente por experiencia personal, que el cristiano debe estar en el mundo pero no en el mundo.
« Ya siendo niño escuché la llamada después de encontrarme con algunos cistercienses. Se encendió una chispa que creció con el tiempo. Pasé por un noviazgo, hice el servicio militar y asistí a la universidad. Hasta que descubrí plenamente la llamada del Señor a la vida monástica, precisamente en los benedictinos, una vida contemplativa donde también hay un cierto apostolado «.
Una tarea que, sin embargo, sufre diariamente los ataques del «mundo». Subraya, de hecho, que incluso la gran cruz que se encuentra en el monasterio es objeto de odio, especialmente desde la izquierda: « En España hay odio hacia la cruz. Ha habido declaraciones de medios de comunicación y políticos pidiendo explícitamente el derribo de esta cruz. La cruz, de hecho, es un signo de contradicción: el mismo Jesucristo es un signo de contradicción entre los hombres porque trae un mensaje de verdad y de amor, y muchos lo rechazan » .
Pero debemos resistir con fuerza, subraya el religioso, recordando que en el Valle están enterrados 70 beatos y 44 siervos de Dios y mártires que nos enseñan la firmeza de la fe, la serenidad en el momento del martirio y el perdón a los verdugos. Una conciencia que le remite directamente, por el contrario, a la crisis de la Iglesia que, según el Prior, se debe a su excesivo celo al intentar adaptarse al mundo, en la creencia errónea de que adaptándose al pensamiento de esta tierra , puede atraer a más personas.
Por Manuela Antonacci.
Viernes 22 de marzo de 2024.
Il Timone.