Aborto en México: la Patria o Rockefeller

José Arturo Quarracino
José Arturo Quarracino

El intento de legalizar el asesinato prenatal en México (léase Aborto) pone en evidencia el cipayismo y la traición de sus impulsores, al servicio del Poder Financiero Internacional, depredador y genocida, representado por Sir Henry Kissinger y su famoso Memorando 200/74, en el que México era uno de los blancos a abatir, para imponer el control de la natalidad.

En estos momentos a argentinos y mexicanos nos une una misma circunstancia: ser atacados por las multinacionales de la muerte,  siervas del Imperialismo Internacional del Dinero, con los mismos argumentos “ideológicos” y las mismas lacras humanas, disfrazadas de políticos y legisladores traidores a la historia de sus respectivas Patrias.

En primer lugar, se trata de una misma y única agenda, lo que pone en evidencia el imperialismo que lo impulsa: el asesinato del hijo como problema de salud pública, menores de 13 años habilitados para matar sin autorización de los padres, anticoncepción y aborto como “servicios de salud sexual y reproductiva”, educación sexual integral, promoción de la sexualidad genital (que incluye sexo anal, por ejemplo), y el aborto como derecho.

Así se ha planteado en Argentina, y así se lo plantea en forma idéntica ahora en México.

Los que impulsan esta basura “ideológica” pretenden ser mexicanos, pero todos estos temas que ponen en agenda son tomados de la oligarquía plutocrática angloamericana, que ha instituido en el mundo el mayor genocidio que ha conocido la historia humana, el de los niños por nacer. Todos estos temas están tomados y copiados literalmente del plan antinatalista y genocida de John Davison Rockefeller III (Crecimiento poblacional y el futuro estadounidense, 1972), Henry Kissinger (Memorando 200/74, para proteger la seguridad de Estados Unidos y sus intereses de ultramar), la multinanacional abortista británica Federación Internacional de Paternidad Planificada (¿Cómo incluir el tema del aborto en la educación? Guía para educadores pares, profesores y capacitadores, junio 2016).

Si tuvieran un poco de cultura y de información, estos senadores “mexicanos” agringados sabrían que México fue identificado en 1974 por Henry Kissinger como uno de los 13 países del mundo como blanco para imponer el control del crecimiento poblacional, con las mismas medidas e ideas que estos legisladores renegados proponen como novedad.

Triste y repudiable papel que representan el primer mandatario y sus secuaces ideológicos abortistas, sodomizados ideológicamente por los dueños de las finanzas internacionales. Se creen revolucionarios y progresistas, pero sólo saben ponerse de rodillas ante el poderoso caballero que es Don Dinero. Cumplen el mismo papel abominable que los cipayos en la India o los perduellis en la antigua Roma: están al servicio de un poder extranjero.

Sumisos ante el mundo narco, pero crueles y “valientes” ante los seres humanos más inocentes e indefensos de todos. Cobardes ante los fuertes, soberbios y prepotentes frente a los más débiles: después de los violadores, los peores especímenes de la raza humana.

En segundo lugar, son traidores al mandato conferido por el pueblo mexicano al elegirlos, porque se “olvidan” que LA PATRIA ES PRIMERO, muy por arriba de los genocidas como los Soros, los Kissinger, los Rockefeller, los Bill Gates, los dueños del genocidio prenatal que pretenden imponer en México.

Habría que ver si este servicio a favor de la Plutocracia genocida angloamericana no les significa a estos legisladores un incremento brutal de su patrimonio personal. Por lo pronto, en Argentina está a la vista.

Pero como dicen las Sagradas Escrituras, “de Dios nadie se burla” y “a todo criminal le llega su merecido”.

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