El 13 de marzo de 2013 se jugó todo por el título de «obispo de Roma».
En los últimos años, el Papa Francisco ha dirigido su diócesis tal como dirigió la de Buenos Aires. La relación con sus presbíteros es prácticamente nula , a Santa Marta sólo van unos pocos elegidos que sirven a Bergoglio para recibir directivas y traer los «vernecchie de la Corte».
¿Conoce usted a esos laicos reprimidos que abarrotan nuestros secretariados, nuestras sacristías, y se pasan el día lidiando con lo que “tal y tal hizo”, “tal y tal sacerdote dijo”, “tal y cual sitio publicado”? ? Aquí, este sistema es el que el utiliza para gobernar el Vicariato de Roma. Sin embargo, alguna vez calificamos todo esto de «pecaminoso», «grave daño a la fraternidad», «cáncer de la fraternidad». Hoy es un modus agendi bien establecido . Muchas veces nos preguntamos si todavía creemos en Jesucristo o simplemente se ha convertido en el lema de nuestras catequesis en las que estamos en el centro, nuestra habilidad, nuestra imagen, nuestra apariencia y de vez en cuando se lanza el lema: «Jesucristo «.
En el seno de la diócesis de Roma, Francisco ha creado una verdadera fractura, una guerra que se libra con medidas y reproches. Los sacerdotes de la Ciudad -los que tienen la suerte de estar en las parroquias- prefieren no saber nada de su obispo y de lo que sucede en el Vicariato. “Corremos el riesgo de perder la fe ”, bromea amargamente alguien.
Sin embargo, en los últimos años el clima creado se ha vuelto verdaderamente irrespirable. Incluso el consejo episcopal está completamente dividido y no hay posibilidad de comunión en su seno debido a algunos individuos que juegan a ser gallos rebeldes en el gallinero.
Pedidos 2024
Si hay un ámbito en el que necesariamente debemos actuar es precisamente el de la formación sacerdotal. A Francesco, sin embargo, no parece importarle mucho. Su método consiste en lanzar invectivas desde Palacio. El obispo de Roma no ordena sacerdotes desde hace varios años. Las ordenaciones presbiterales de los seminaristas de la diócesis de Roma están previstas para el 20 de abril de 2024. Presidiéndolos -adivinen qué- no estará el Papa, sino el cardenal vicario.
Pero ¿cómo es posible que el Pontífice -obispo de Roma- no ordene a sus sacerdotes a partir de 2021?
Hoy sábado 24 de febrero de 2024, el rector del Seminario Mayor Romano, monseñor Michele Di Tolve (fiel servidor de la Corte), vino al Vaticano con los seminaristas que serán ordenados sacerdotes en abril. Sin embargo, les espera una triste sorpresa: «El Papa no os recibirá, tiene un poco de fiebre».
En primer lugar debemos preguntarnos ¿ por qué el cardenal vicario no acompañó a los seminaristas y al rector? El hecho de que ahora haya un obispo al frente del seminario mayor romano – por primera vez en la historia – no significa que pueda desempeñar el papel de «ordinario» y rector. De lo contrario, ¡seríamos realmente geniales! Sin embargo, parece que el Papa quiere aclarar este sistema que es absolutamente perjudicial para la formación de los seminaristas individuales y fomenta una tendencia – ahora común – en la que hay formadores que quieren crear copias y pegar de sí mismos.
En segundo lugar, parece que el Papa está mejor que un joven y lo de hoy fue sólo una excusa para evitar reuniones que no le entusiasmaban precisamente.
Los diáconos, por tanto, regresaron a casa sin que se les indicara la fecha en la que el Papa podrá recibirlos. Atrás quedaron los días en que el obispo de Roma iba al seminario para encontrarse con la comunidad y se ocupaba de la formación de los futuros sacerdotes de su diócesis. Esos, sin embargo, eran Papas feos y malos, hijos del poder y de una Iglesia que debe desaparecer.
Por A.M.
Sábado 24 de febrero de 2024.
Ciudad del Vaticano.
Silere non possum.