* Jóvenes judíos atacaron a un monje benedictino en Jerusalén. Lo empujaron, lo escupieron, lo insultaron y finalmente insultaron al mismo Jesucristo.
La víctima del ataque fue el padre Nikodemus Schnabel, un monje benedictino alemán que era abad del monasterio de Dormitio en el Monte Sión.
Los judíos abordaron al sacerdote cerca del Muro de las Lamentaciones. Benedictine caminaba por las calles de Jerusalén junto con un periodista alemán que conocía. Se le acercaron dos jóvenes judíos. Escupieron en la cruz benedictina y empezaron a insultarlo. El padre Schnabel sacó su teléfono para grabar a los perpetradores porque, como explicó, no era el primer caso así y sabía que la policía esperaba que grabaran sus rostros. Entonces uno de los judíos empezó a empujarlo. Finalmente los judíos se marcharon, pero al final insultaron al mismo Jesucristo.
En X.com, el padre Schnabel escribió que tales acontecimientos forman parte de su vida cotidiana en Jerusalén. Subrayó que no es nada, porque muchos cristianos en Medio Oriente sufren cosas mucho peores.
El embajador alemán en Israel, Steffen Seibert, comentó sobre el evento. “Lo que realmente me irrita es que hay quienes dicen que el judaísmo consiste en despreciar el cristianismo u otras religiones”, afirmó.
Los autores del ataque fueron detenidos por la policía, pero teniendo en cuenta el contexto político, es dudoso que reciban un castigo adecuado.
Los incidentes de violencia anticristiana son cada vez más frecuentes, en parte debido a la educación que reciben algunos jóvenes judíos en las escuelas talmúdicas.
El Patriarcado Latino de Jerusalén, se lee en una nota, condena «el injustificado y vergonzoso ataque» contra el abad benedictino Nikodemus Schnabel, que tuvo lugar ayer en las calles de la Ciudad Vieja de Jerusalén cuando fue sorprendido por dos jóvenes judíos ortodoxos, uno de ellos menor de edad, que comenzaron a increparle, escupiéndole. «La continuación -continúa el texto- de actos de odio aumenta la sensación de inseguridad de los clérigos cristianos en Tierra Santa y en Jerusalén en particular».
Axila.
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