Prácticamente, acababa de dejar Barcelona para volver a Canadá, cuando saltaba un escándalo de grandes dimensiones. El cardenal Gérald Cyprien Lacroix, arzobispo de Quebec y primado canadiense, estaba en la lista de pederastas, de una demanda colectiva contra un centenar de sacerdotes o personal de la diócesis. Se le acusa de abusos a una menor de 17 años entre 1987 y 1988. Desde 2011 es arzobispo quebequés y desde 2014 cardenal, creado por el Papa Francisco, que posteriormente lo ha incluido en el Consejo Asesor de Cardenales que le ayuda en el gobierno de la Iglesia.
En ese reducido y privilegiado Consejo de Cardenales, se encuentra con nuestro arzobispo Juan José Omella, otro de los hombres de confianza del Papa, se da la circunstancia de que Lacroix, de 66 años, estuvo nueve años de misionero en Colombia, por lo que habla el castellano perfectamente y eso facilita el diálogo y conexión tanto con Omella, como con el Pontífice.
Esa circunstancia la ha aprovechado nuestro cardenal para traerlo a Barcelona y realizar un paseo triunfal por algunos de los lugares más emblemáticos de nuestra diócesis y ponerlo en contacto con las fuerzas vivas eclesiales de nuestro arzobispado. Así, el cardenal canadiense ha predicado los Ejercicios Espirituales para el clero barcelonés que tradicionalmente se realizan en el mes de enero de cada año, y que en esta ocasión fueron del 14 al 19. Pero también estuvo con los seminaristas, con los candidatos al diaconado Permanente, con los salesianos del Tibidabo o incluso bendiciendo… animales en una parroquia barcelonesa con motivo de la fiesta de San Antonio Abad.
El cardenal Lacroix, junto al obispo Abadías en los Ejercicicios Espirituales para el clero barcelonés
Omella ha tenido suerte, por unos pocos días no le salta el escándalo estando él en Barcelona, y teniendo que romper por los aires la agenda que se habían propuesto conjuntamente ambos cardenales. Una vez en Canadá y al explotar la bomba informativa, Lacroix ha decidido proclamar su inocencia, pero a la vez, dado lo delicado del asunto retirarse «temporalmente» de sus funciones arzobispales.
Veremos en que acaba todo esto, ya sabemos que por odio a la Iglesia hay muchas declaraciones y denuncias falsas, como se ha demostrado en los informes del defensor del Pueblo, en que con pruebas evidentes se ha visto la falsedad de algunas denuncias. Pero todo vale para atacar a la Iglesia. En este caso el tiempo dirá si el cardenal Lacroix está o no implicado en el escándalo.
También veremos como reacciona el Pontífice, que ya demasiadas veces pone su confianza en personas que no la merecen, aunque en este caso hay que salvar la presunción de inocencia del cardenal canadiense. Tenemos el antecedente del cardenal Pell en Australia, al que el Papa Francisco, después de ponerlo en el Consejo de Cardenales, lo dejó a los pies de los caballos cuando se recibieron acusaciones contra él y luego se acabó demostrando su inocencia.
La realidad es que hay personas muy cercanas al Papa Francisco y al cardenal Omella, como el jesuita Germán Arana, que siguen gozando de la amistad y confianza de ambos a pesar de haber metido la pata, promocionando al obispo Barros, que había encubierto los abusos del sacerdote Fernando Karadima en Chile. Veremos si la amistad entre Omella, Lacroix y el Papa Francisco se resiente, o continúa exactamente igual contra viento y marea.
De momento Don Juan José se ha negado a participar de la comisión de investigación sobre la pederastia eclesial del Parlament de Cataluña, y tiene sus motivos, además algún diputado espabilado podría haberle comentado que él se estaba paseando por Barcelona con un colega suyo que al cabo de pocos días aparecía en los medios de comunicación como presunto pederasta. Algo no demasiado agradable.
Francesco Della Rovere.
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Acosado por acusaciones de gestos de carácter sexual, habla el cardenal Lacroix
Por Félix Morrissette-Beaulieu
El cardenal Gérald Cyprien Lacroix se dirigió a los fieles de la diócesis de Quebec en un vídeo en el que niega los hechos que se le imputan.
El vídeo de casi seis minutos fue publicado en YouTube el martes.
“Sé que estas acusaciones han suscitado muchas reacciones de asombro y han causado sufrimiento”, deja caer Mons. Lacroix desde el principio en el vídeo.
El nombre del cardenal Lacroix, de 66 años, apareció recientemente en documentos judiciales en los que es objeto de acusaciones de gestos de naturaleza sexual en el marco de una demanda colectiva interpuesta contra su diócesis.
“Niego categóricamente las acusaciones hechas públicas. Nunca, que yo sepa, he realizado acciones inapropiadas hacia nadie, ya sean menores o adultos. Mi alma y mi conciencia están en paz ante estas acusaciones que refuto”.
El arzobispo anunció hace unos días que dejaba temporalmente sus funciones. No se trata de una dimisión, sino de un retiro temporal que nos permita evaluar mejor los próximos pasos a seguir y considerar las decisiones que hay que tomar, explica monseñor Lacroix.
Por Félix Morrissette-Beaulieu
Radio Canadá Internacional.