* Nunca te desanimes si eres apóstol.
* -No hay contradicción que no puedas superar.
* -¿Por qué estás triste? (Camino, 660)
La verdadera virtud no es triste y antipática, sino amablemente alegre. (Camino, 657)
Si salen las cosas bien, alegrémonos, bendiciendo a Dios que pone el incremento.
-¿Salen mal?
–Alegrémonos, bendiciendo a Dios que nos hace participar de su dulce Cruz. (Camino, 658)
Para poner remedio a tu tristeza me pides un consejo.
-Voy a darte una receta que viene de buena mano: del apóstol Santiago. –«Tristatur aliquis vestrum?»
-¿Estás triste, hijo mío? –«Oret!» -¡Haz oración!
-Prueba a ver. (Camino, 663)
No estés triste.
-Ten una visión más… «nuestra» -más cristiana- de las cosas. (Camino, 664)
«Laetetur cor quaerentium Dominum»
–Alégrese el corazón de los que buscan al Señor.
-Luz, para que investigues en los motivos de tu tristeza. (Camino, 666)
Por SAN JOSEMARIA.