El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer los resultados del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC). Su objetivo es medir la variación de los precios de una canasta de bienes y servicios representativa del consumo de los hogares mexicanos y adquiridos por una o un consumidor urbano promedio.
La señora Lourdes, así como tantas amas de casa que comúnmente salen y se dirigen al supermercado a comprar lo necesario para su hogar, candorosa como siempre, saluda a los tenderos a su paso. Buenos días, don Manolo, ¿a cómo está el frijol?, pregunta. Inmediatamente el tendero le responde, a 40.00 pesitos el kilo doña Lulú, ¡ah, cómo ha subido! Al instante en el que ella pregunta, toma un grano con su mano y lo “cala” con su boca, así como se hace en la cata de vino. Con su cabeza, Lulú aprueba la calidad del frijol y, al abrir su monedero, en su mente se dice a ella misma ¡no me va a alcanzar para lo que necesito!
Tal impacto se ve reflejado, por ejemplo, en artículos de la canasta básica, háblese de huevo, leche, atún, pan y demás. Las familias deben tener acceso a una alimentación completa y básica, pues éste es un derecho humano reconocido por la legislación internacional; por ello, México, como otros países, se enfoca en analizar qué productos de alimentación básica necesitan sus habitantes para no padecer de desnutrición ni hambre.
La cuesta de enero se acerca y, con ello, la inflación de la canasta básica. ¿Qué está pasando con la inflación? ésta se ha hecho presente de una manera más notoria desde el mes de noviembre, cuando el índice de precios al consumidor llega a la cúspide, a su nivel más alto. Esto provoca que a la gente le alcance menos para comprar sus productos y pagar sus servicios; por ello, de pronto ya no puedes cubrir ciertos gustos o necesidades que anteriormente si podías satisfacer. Pues, amigos, esto es la inflación.
La estrategia de subir los precios en esta temporada es recurrente porque los trabajadores, en su mayoría, reciben su aguinaldo, reparto de utilidades o bonos. Entonces, por el alza de precios, no alcanzan a “sentir” dicho incremento y esto se da en el momento que todos conocemos como la mencionada “cuesta de enero”.
La canasta básica incluye veintiún artículos, desde abarrotes, frutas, verduras, carnes y legumbres. El costo de ésta depende de la tienda o del lugar en donde compres. Algunas sugerencias de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) son las siguientes:
Planear bien tus compras, hacer una lista de los productos que piensas comprar para que sepas qué necesitas y distinguir qué no necesitas por el momento, revisar las características de los productos para ver cuál te conviene más, cuidarte de la publicidad engañosa y guardar tus tickets por cualquier cosa.
Lamentablemente, nos damos cuenta de que, así como doña Lulú, a lo largo del tiempo es cada vez menor el número de cosas que podemos comprar con la misma cantidad de dinero. Imagínate cómo son las cosas para una familia promedio de tres a cuatro miembros en casa. ¿Crees que tengan la posibilidad de ahorrar o invertir en un negocio? Cuando el dinero vale menos las necesidades son iguales o, incluso, se llegan a incrementar, entonces así se puede decir que existe la inflación. ¡Una mejor administración familiar sería conveniente, mas no la solución! ¿Tú qué dices?