El arzobispo a la fuga Carlo Maria Viganò no ha dejado pasar la ocasión de la fulminante defenestración del cardenal Becciu para comentar sobre las finanzas vaticanas, así como aprovecha la proximidad de las presidenciales norteamericanas para alertar contra una victoria del tándem Biden-Harris.
El caso de la todavía no totalmente explicada defenestración del cardenal Becciu, un hombre que ha cumplido importantes y difíciles misiones para Francisco, sirve para el ex nuncio apostólico en Estados Unidos para desarrollar una doble reflexión sobre el estilo de gestión de Francisco, especialmente en el aspecto de los recursos humanos.
Por un lado, Viganò denuncia lo que llama “un serio abuso despótico de la autoridad” por parte del Francisco al deshacerse de su estrecho colaborador sin esperar juicio ni proceso ni dar explicación alguna, algo que, recuerda el arzobispo, ha hecho con algunos de los hombres a los que ha usado en misiones delicadas, como es el caso del ex cardenal McCarrick, a quien encomendó negociar los pactos secretos con el gobierno chino que están a punto de ratificarse. Estos ceses o degradaciones expeditivos, estén o no totalmente justificados, dejan al pueblo de Dios ‘in albis’ sobre los detalles concretos del presunto crimen.
Por otra lado, Viganò subraya el contraste entre esta severidad y la querencia papal por rodearse de prelados con un historial cuestionable, y así afirma que “su declarado deseo de “limpiar” el Vaticano no se corresponde con el hecho de rodearse mayormente de personajes comprometidos -empezando precisamente por McCarrick, darles misiones oficiales y luego deshacerse bruscamente de ellos en cuanto salen a la luz sus escándalos”.