Enderecen el camino del Señor

Canónigo Juan de Dios Olvera Delgadillo
Canónigo Juan de Dios Olvera Delgadillo

  III Domingo de  Adviento (Ciclo B, 17 de diciembre 2023)

Del santo Evangelio según san Juan1, 6-8. 1928

Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.

Éste es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: “¿Quién eres tú?.

Él reconoció y no negó quién era. Él afirmóYo no soy el Mesías. De nuevo le preguntaron: “¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías?Él les respondióNo lo soy“¿Eres el profeta?. RespondióNo. Le dijeron: Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?. Juan les contestóYo soy la voz que grita en el desierto: Enderecen el camino del Señor, como anunció el profeta Isaías.

Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos, le preguntaron: Entonces ¿por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta?. Juan les respondióYo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las correas de sus sandalias.

Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba.

Palabra del Señor.R. Gloria a ti, Señor Jesús.

COMENTARIO:

1. Estamos ya a la mitad del tiempo de Adviento, que se compone de cuatro semanas, y ahora comenzamos la tercera. Vale la pena preguntarnos si nos estamos preparando espiritualmente para vivir la Navidad. La Navidad es Cristo que nace entre nosotros, pero eso no se puede improvisar; quien no se esfuerza espiritualmente en el Adviento no alcanza las gracias de Navidad. Toda preparación interior de conversión, así sea muy pequeña, en Navidad recibe excelentes frutos. 

2. “Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba JuanJuan el Bautista era realmente un hombre de Dios; su vida era lo que dice el Evangelio, vivía como un enviado por Dios. Por ello, su voz era muy acreditada; si él se hubiera dejado llevar por la soberbia se hubiera presentado como lo que la gente ya creía que era, como el Mesías. Pero Juan puso su gloria en ser servidor de Cristo, verdadero Dios que viene a salvarnos.

3. “Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de élJuan sabe que su misión es anunciar a Cristo, dar testimonio de él, lograr que los demás crean en Jesús, y aunque esta misión le llevará a morir por Cristo, él asume con todo su corazón esta misión de testimoniar a Cristo. Todo un ejemplo y modelo para nosotros. Saber que, aun sufriendo, es un enorme placer testimoniar y servir a Cristo.

4. “Él no era la luz, sino testigo de la luzcuanto bien le hace al hombre saber que él no es Dios, aunque el demonio quiso compararse a Dios, y desea que el hombre también se llegue a creer Dios, el camino de la verdadera felicidad es el de sabernos en las manos del Dios infinitamente poderoso y sabio, que además es nuestro Padre y nos ama incondicionalmente. Así como los niños se sienten totalmente tranquilos sabiendo que su padre está al tanto de ellos, así nosotros y con más razón, nos debemos sentir seguros y tranquilos estando en las manos de nuestro Padre celestial. Nuestra misión es ser testigos de la luz, es decir de toda la plenitud que nos trae el Salvador a nuestras vidas.

5. Él reconoció y no negó quién era. Él afirmóYo no soy el Mesías’ ”la Felicidad del hombre está en saber que Dios es un Dios que le ama, y él es sólo una creatura de Dios que recibe todo el amor divino; Juan el Bautista reconoció no ser el Mesías, sino su servidor.

6. Le dijeron: Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?. Juan les contestóYo soy la voz que grita en el desierto: Enderecen el camino del Señor, como anunció el profeta Isaíasla misión de Juan es preparar el camino al Señor, pidiendo conversión al Pueblo de Dios, que eso es enderezar el camino; si deseamos recibir a Cristo es necesaria la conversión diaria, el arrepentimiento diario, con el gusto de ir cada día configurándonos con Cristo.

7. “…le preguntaron: Entonces ¿por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta?. Juan les respondióYo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las correas de sus sandaliasqué profundidad cuando un ser humano se postra en adoración ante Dios, en ese momento está encontrando el sentido de su vida, su plenitud, pues que bello es poder saber que ese mismo al que no somos dignos ni siquiera de acercarnos, es Él en su misericordia el que decide acercarse a nosotros. Hagamos la prueba y veremos que bueno es el Señor (Salmo 33).

8. Pidamos a la Virgen Santísima de Guadalupe que nos enseñe a llenar nuestro espíritu de júbilo en Dios nuestro Salvador; que en esta Navidad Jesús nazca en nuestros corazones, y nos llene con su enorme gozo divino, y con ese gozo podamos amar de verdad a nuestros hermanos. Que la Virgen nos  ayude a esperar, en verdadera conversión, el gozoso nacimiento de Cristo. 

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