* Dogma de la Inmaculada Concepción.
Es la solemnidad más alta y preciosa de Aquella que se llama Reina de los Santos.
Sin embargo, no debe confundirse con el otro dogma mariano sobre la virginidad perpetua de María, antes, durante y después de la concepción de Jesús.
La solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen ya era la fiesta de la Virgen desde el siglo XI, ya que la historia de la devoción a María Inmaculada es, de hecho, muy antigua.
La Inmaculada es cosa delicada y teológicamente más ardua y ayuda a meditar no sólo en la inefable belleza del alma de la Virgen María, sino también en la belleza de toda alma santificada por la gracia redentora de Nuestro Señor Jesucristo.
Fue proclamado dogma de fe por el Beato Papa Pío IX en 1854 para definir solemnemente la doctrina mariológica según la cual la Virgen es sine labe origine concepta, es decir, concebida sin pecado original porque fue elegida para ser digna de ser Madre de Jesús, la Madre de Dios.
Siendo María la Madre del Verbo Encarnado, Dios Padre perdido para ella desde toda la eternidad («desde la eternidad fui establecida, desde los orígenes, desde los principios de la tierra: aún no eran los abismos que ya estaba concebido” Prov. 8, 22) quiso crearla pura, inmaculada, y en ella encarnase Jesucristo. (SS Benedicto XVI, Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica , n. 96)
Luigi Casalini.
Viernes 8 de diciembre de 2023.
MIL.
