* “La fertilización in vitro no respeta esta dignidad. Los niños sobrantes de FIV “son congelados, eliminados o utilizados para experimentos – a veces incluso comercializados”
«Algunos de ellos (se les llama ‘excedentes’) se congelan, se eliminan o se utilizan para experimentos, a veces incluso se comercializan«, señala en el portal «Stacja7» Piotr Kieniewicz, bioético y sacerdote polaco, como informa «Opoka», financiado y gestionado por una fundación de la Conferencia Episcopal Polaca (CEP).
El especialista en bioética explica además que en el debate actual en Polonia sobre la FIV, pedir mayores límites al número de embriones creados es una “palabra vacía”. Porque “prácticamente ninguna empresa que se ocupa de procedimientos in vitro aplica tales restricciones, ya que esto afectaría drásticamente la eficacia del procedimiento y, por tanto, la reputación y los beneficios de la empresa.
Por lo tanto, a una mujer se le extraen varios o incluso una docena de óvulos, todos se fertilizan y al menos cinco se cultivan en el laboratorio hasta la etapa de blastocisto.
«Luego se seleccionan dos o tres de los organismos mejor desarrollados y se implantan en el útero de la mujer con la esperanza de una implantación exitosa», escribe Kieniewicz.
“Por tanto, la mayoría de los niños concebidos en un laboratorio no tienen posibilidades de venir al mundo; se almacenan en almacenes a la temperatura del nitrógeno líquido”.
El bioeticista también critica la estrecha relación entre la FIV y el aborto. «Muchas empresas que ofrecen pruebas in vitro también ofrecen abortos si se encuentran anomalías en el bebé en desarrollo».
Además, “los niños almacenados congelados se desechan al cabo de un tiempo. En otras palabras, se arrojan personitas congeladas por el desagüe o se las transfiere a laboratorios para explotar material genético humano valioso”.
Pero según las enseñanzas de la Iglesia, cada niño cuenta, incluso los que están congelados. Lo que importa es su dignidad, su humanidad. Cónyuges, políticos, científicos o médicos: nadie tiene derecho a pisotear la dignidad de otra persona, ni siquiera de la más pequeña. “In vitro no respeta esa dignidad”.
El científico destacó específicamente que, contrariamente a la creencia popular, la Iglesia no trata a los niños concebidos mediante fertilización in vitro como inferiores o menos adorables, ni niega a los padres sus derechos básicos que surgen de la naturaleza del matrimonio.
Lo que también destaca al mismo tiempo es que existe una diferencia estadística muy clara en lo que respecta a la salud genética de la descendencia concebida de forma natural en comparación con la descendencia concebida mediante el método in vitro.
Los niños FIV tienen un 400% más de probabilidades de desarrollar algunas enfermedades, “e incluso un 1000% más de probabilidades de sufrir algunos síndromes genéticos. Entonces, si una enfermedad ocurre en una proporción de 1:10.000 en niños concebidos naturalmente, esa proporción es de 1:1.000 en niños concebidos in vitro”.
Varsovia, Polonia.
Viernes 1 de diciembre de 2023.
Kath/“Opoka”:
Ks. Kieniewicz: dla Kościoła liczy się każde dziecko, to zamrożone również
Foto: imagen simbólica
