Con el 56 por ciento de los votos, el economista ultralibertario Javier Milei fue elegido el domingo próximo presidente de Argentina, en un resultado que en cierto modo equivale a un referéndum sobre la agenda social y política del Papa Francisco en su país de origen.
Los radicales planes económicos de Milei –por ejemplo, la adopción del dólar estadounidense como moneda argentina– y su feroz retórica contra las políticas sociales impulsadas por los gobiernos de izquierda han generado preocupación entre muchos miembros de la sociedad del país sudamericano, incluida la Iglesia católica.
En su discurso de victoria, el presidente electo Milei afirmó que “comienza el fin de la decadencia argentina” y que “el modelo empobrecedor de Estado omnipresente que sólo beneficia a unos mientras la mayoría de los argentinos sufre” también termina hoy.
Milei también mencionó a sus oponentes políticos y a aquellos “que resistirán” los cambios que traerá su administración, enviándoles un mensaje que fue recibido por algunos como amenazador.
“A toda esa gente quiero decirles algo: ‘Según la ley, todo. Fuera de la ley, nada”.
Esas palabras pueden referirse a segmentos de la Iglesia católica, entre otros grupos sociales. De hecho, entre los sacerdotes progresistas, la victoria de Milei creó una atmósfera de incertidumbre y preocupación. Su enfrentamiento con él había sido intenso durante los últimos meses.
Durante años, Milei criticó la doctrina social de la Iglesia e insultó en varias ocasiones al Papa Francisco por su defensa de conceptos como la justicia social. Incluso llamó “imbécil” al Papa y lo definió como “comunista”.
Los ataques de Milei al pontífice y a las ideas sociales de la Iglesia en su conjunto llevaron a muchos grupos de laicos y también miembros del clero –incluida la jerarquía– a promover actividades de campaña en su contra. Incluso durante las homilías los sacerdotes lo criticaban, así como en las procesiones y durante una peregrinación al santuario de Nuestra Señora de Luján, el 1 de octubre.
El equipo de curas villeros de Buenos Aires, un grupo que opera en barrios pobres y realiza una intensa labor social, organizó en septiembre una misa en desagravio al Papa Francisco por los insultos de Milei. En sus actividades diarias con los residentes de los barrios marginales, se formó una amplia alianza contra el candidato autodefinido “anarcocapitalista”.
El propio Papa también criticó a Milei durante las entrevistas. Antes de la primera vuelta electoral, habló en una radio pública de Argentina y comparó a Milei -sin mencionar su nombre- con “flautistas” que prometen resolver la crisis económica y encantar al pueblo sólo para “hacer que se ahoguen”.
“La situación es bastante confusa. Siempre debemos respetar la voluntad del pueblo, pero lo que viene es incierto. Por el bien de todos los argentinos, esperemos que al nuevo presidente le vaya bien”, dijo a Crux el padre Carlos White, encargado del diálogo interreligioso de la Arquidiócesis de Buenos Aires.
Entre los grupos más políticos de sacerdotes, el ambiente es de angustia y miedo.
“Tengo mucho miedo de lo que vendrá. No sabemos qué pasará y no queremos vivir en un país como ese, el país de Milei”, dijo a Crux el padre Francisco Olvera, conocido como Padre Paco.
El padre Paco, miembro de un grupo de clérigo progresista llamado Sacerdotes en Opción por los Pobres, teme que las políticas de Milei tengan un impacto terrible en la labor social de la Iglesia, afectando sus operaciones diarias en varios frentes.
“Estoy a punto de enviar un mensaje a las personas a las que servimos. ‘Quienes votaron por Milei, por favor sean coherentes y no vengan más al refectorio. No habrá comida para todos”, espetó el padre Paco un par de horas después del anuncio de la victoria de Milei.
El padre Lorenzo de Vedia, conocido como “Padre Toto”, uno de los curas villeros que organizó la misa en reparación del Papa Francisco, dijo a Crux que la gente en los barrios marginales está “sorprendida, triste y asustada” después de la victoria de Milei.
“Sus planes son impredecibles. No sabemos qué esperar de un hombre que dijo tantas cosas contradictorias durante la campaña”, afirmó.
De Vedia dijo que los sacerdotes de los barrios marginales organizarán una reunión general para discutir sus pasos futuros.
“Cuando comenzó el régimen militar [1976-1983], los sacerdotes de los barrios marginales no se presentaron. Siguieron trabajando. También vivimos el gobierno de [el expresidente de derecha Mauricio] Macri. Seguiremos trabajando codo a codo con la gente”, afirmó.
De Vedia también comparó el futuro gobierno de Milei (asumirá el cargo el 10 de diciembre y todavía tiene que intentar construir alianzas en el Congreso, donde no cuenta con un apoyo mayoritario) con la dictadura militar en Argentina.
“Pero en ese momento el régimen se nos impuso. Ahora, la mayoría de la gente decidió votar a favor”, dijo.
De Vedia teme que Milei privatize las empresas estatales y los recursos naturales del país, como los depósitos de litio.
“Conocemos los resultados de ese proceso para el país”, afirmó.
Fortunato Mallimaci, profesor de sociología de la Universidad de Buenos Aires y experto en la dinámica religiosa del país, dijo a Crux que la Iglesia católica mantendrá un diálogo institucional con el gobierno de Milei, pero los sacerdotes progresistas están entre los segmentos sociales que enfrentarán más dificultades, dada la que vivan y trabajen con los pobres, que probablemente recibirán menos ayuda.
“Y los problemas aumentarán si los aliados de Milei se vuelven autoritarios y violentos”, afirmó.
Por Eduardo Campos Lima.
Lunes 20 de noviembre de 2023.
CruxNow.
