Opinión. Nuestros curas en la pandemia

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Un sacerdote es el intermediario entre los miembros de una comunidad religiosa y la divinidad a la que estos adoren; en el caso de los católicos y otras religiones, ellos viven de la caridad y, sin duda, como en muchos oficios, la pandemia los ha afectado.

La Arquidiócesis de Monterrey de la Iglesia Católica en fechas recientes publicó un estudio sobre la “Salud Mental del Sacerdote y la Covid-19”, en donde se considera que es necesario e importante que los curas conozcan lo que especialistas en Ciencias de la Conducta advierten sobre este tema y las repercusiones que se están dando por el confinamiento, aunado a los efectos en salud mental relacionada con el estrés, depresión, ansiedad e inclusive de índole económico.

La Diócesis de Tampico abarca 11 municipios del sur de Tamaulipas y actualmente tiene 101 sacerdotes diocesanos, sin contar los de órdenes religiosas. De los diocesanos las edades se distribuyen: 12 de 30 a 39 años; 62, entre 40 y 59; 13, de 60 a 69 y 14 mayores de 70 años y como dato delicado al menos un 12 % ya fueron contagiados por covid y de estos han fallecido dos por esta causa.

¿De qué viven, cómo cubren los gastos de sus parroquias? Repito, de la caridad y sus bajos sueldos, pero sus ingresos disminuyeron ante falta de fieles ya que no dan limosnas si no van a misas o a ceremonias especiales; pero bien me dijo uno de ellos: “no creas que por ser parte de una parroquia de una zona de clase alta las dádivas son mayores; donde menos lo esperas, dan más”.

Con la reapertura de las parroquias los curas tienen la esperanza de que también sus ingresos aumenten y les permitan no solo pagar sueldos para sus empleados, los gastos propios de la parroquia, sino poder cumplir con su propósito de ayudar a los más necesitados con despensas, ropa y también con medicamentos.

En México existe el Oceas, “Obra de Clérigos en Ayuda Solidaria”, que integra a 12 mil 500 curas diocesanos, de los cuales 10 mil están en un plan de pensiones, pero solo 5 mil con gastos médicos mayores. Para el 2021 cada uno en esta diócesis tendrá que aportar 10 mil pesos para el plan de pensiones y $25,657.00 para el plan de gastos médicos mayores.

En la Diócesis de Tampico, gracias a la rifa del diezmo que se realiza cada año se ayuda en gran medida a hacer los pagos citados, de ahí la importancia de comprar un boleto o uno o varios talonarios, ya que con ello se destina dinero para clérigos enfermos y ancianos, pero además para apoyar al seminario y al propio obispado.

No olvidemos a nuestros representantes de la fe, ellos ayudan en lo espiritual y muchas veces en lo material y, ahora en tiempos de pandemia, nos necesitan.

Con información de Milenio/Guillermo Gutiérrez Gonzalez

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