Conforme se eclipsa este sexenio, surgen las irregularidades, corrupción, violaciones a la ley y compromisos incumplidos de un proyecto de nación. Desde su campaña, el presidente de la República empeñó esfuerzos por una estrategia que pusiera fin a la violencia desatada por el combate al crimen organizado y capacitar una policía civil profesional e independiente sin sesgos ni mandos militares.
La Guardia Nacional (GN) nació con ese propósito; sin embargo, su crecimiento y desarrollo se ha torcido llevándola a ser todo, menos de mandos civiles, cercana a la población ni eficaz en la paz que dice su lema.
El 17 de noviembre, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía publicó el Censo de Seguridad Pública Nacional 2023. Ofrece esos otros datos que no agradan al presidente de la República exhibiendo lo que se ha convertido la GN. De acuerdo con el reporte, sus actividades de persecución y de prevención del delito han disminuido. Conforme a los datos, la GN puso a disposición de las autoridades ministeriales a un total de 2 mil 814 personas en 2022, esto es representa una disminución de 59.9 por ciento con respecto a las 7 mil 17 de 2021.
Pero hay más. El INEGI ofrece datos sobre la detención de presuntos delincuentes. Así, la corporación con mandos militares detuvo en 2019 a 9 mil 155 personas; en 2020, 7 mil 419; 2021, 7 mil 017 y 2022, 2 mil 814. En cuanto a las armas, la GN aseguró mil 424 armas de fuego. De estas, 862 (60.5 por ciento) eran largas y 562 (39.5 por ciento), cortas. En contraste con 2021, la cantidad reportada de armas de fuego aseguradas disminuyó 22.8 por ciento en 2022.
El aseguramiento de drogas también es de llamar la atención. En 2021, la GN incautó 168.1 kilogramos de fentanilo, mientras que en 2022, aseguró sólo 71.1 kilos. Otras cifras causan también muchas preguntas. Por ejemplo, el INEGI reporta que en 2021, la GN se hizo de 4 747.5 kilos de metanfetaminas mientras que en 2022 sólo de 712 kilos. En 2021, aseguró 7968 cápsulas o tabletas de psicotrópicos y en 2022, ¡Cero!
En contraste, llama la atención en lo que se ha usado a los agentes y equipos de la GN. “En 2022, la GN rescató a 177 166 personas en contexto de movilidad: la mayoría de las personas migrantes fueron rescatadas en Baja California. Comparado con 2021, el número de personas en contexto de movilidad rescatadas aumentó 432.5 por ciento”.
En cierto sentido, el INEGI usó una forma “elegante” y menos molesta al poder. La GN se ha ocupado del aseguramiento, captura y detención de los miles de migrantes en esta crisis humanitaria que rebasó a los responsables del Instituto Nacional de Migración (INM) de la Secretaría de Gobernación y del frustrado proyecto de creación de una Coordinación de Nacional Asuntos Migratorios y Extranjería, con el padre Alejandro Solalinde a la cabeza, sería el responsable de dinamitar al INM.
Desde su pretendida reasignación a la Secretaría de la Defensa Nacional, la GN fue vista con sospecha. En reiteradas ocasiones, la Iglesia católica denunció estos peligros. Vale la pena refrescar la memoria cuando en septiembre de 2022, la Dimensión Episcopal de la Pastoral de Movilidad Humana emitió un comunicado en el que señaló que la militarización de la GN era una violación al marco constitucional así como del “derecho de las personas que eligieron a un gobierno que prometió crear una guardia de carácter civil para brindar seguridad a la ciudadanía y no una guardia subordinada al régimen militar y del mismo modo, para quienes no tienen derecho a decidir, representa un riesgo para el pleno ejercicio de los derechos de las personas en contexto de migración”.
Efectivamente, sólo bastó el paso del tiempo para confirmar este riesgo. Hoy la GN se ha convertido en un aparato represor, inútil y de persecución al migrante que costó a los mexicanos más 67 mil 826.7 millones de pesos en 2023. Costos que demuestran el escandaloso proceso de degradación y corrupción en la que ha caído la seguridad pública en México. El dinero del pueblo sostiene y soporta a la Guardia Nacional, no sólo para satisfacer las exigencias de los Estados Unidos en materia migratoria que hoy tienen convertida a la GN en la “migra” de López Obrador.