Francisco: ¿celebrante o concelebrante?

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El jueves 2 de noviembre de 2023, conmemoración de todos los fieles difuntos, el Papa Francisco acudió al Cementerio de Guerra de Roma. Como es sabido, el Pontífice ya hace tiempo que no celebra la Eucaristía en público, pero la preside. ¿Qué significa? 

Es decir, no pronuncia las palabras de consagraciónEsto sorprende a muchos fieles (pero también a sacerdotes), especialmente a aquellos que vieron a San Juan Pablo II celebrar en condiciones mucho peores que aquellas en las que se encuentra Francisco.

La razón que el Papa siempre ha dicho a sus colaboradores y a la Oficina de Prensa es que con el dolor en la rodilla no puede mantenerse en pie. 

Esta mañana, sin embargo, Francisco abandonó la capa y se puso la casulla. Lo acompañó S. E. Mons. Diego Ravelli. Desde hace varios años, incluso con Guido Marini, el Papa obliga al maestro de ceremonias a llevar la casulla y concelebrar con él.

De hecho, en años pasados ​​hubo quienes se vieron obligados a informarle que ya habían celebrado para evitar participar en ese espectáculo. ¿Pero cuál es el punto? Si tienes un maestro de ceremonias, debe encargarse de la ceremonia y no puede concelebrar contigo. Hoy, sin embargo, hemos alcanzado un nivel mayor de confusión.

El Papa inició la Santa Misa como presidente. Él pronunció la homilía, por supuesto. Los puntos 135-144 de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium  se aplican sólo a los «sacerdotes solterones», a los que nunca perdió la oportunidad de dirigirse a ellos en la entrevista con Tg1.

La liturgia eucarística, sin embargo, ha visto un cambio de guardia. En efecto, resulta que el arzobispo Diego Ravelli pasó a ser el celebrante y el Papa no lo hizo como de costumbre, sino que se levantó y se dirigió al costado del altar para concelebrar.

Ahora bien, está claro que no existen normas que lo prohíban. Ambos son obispos, ambos gozan de la plenitud del sacerdocio¿Pero es apropiado? Si el Papa tiene fuerzas para estar de pie ante el altar, ¿por qué no celebra él mismo y hacer concelebrar a los demás? Si le doliera la rodilla, no podría levantarse ni siquiera para concelebrar al lado del altar.

Todo este movimiento y desajuste no hace más que crear desorientación. Mientras que con Benedicto XVI la liturgia era ejemplar para que todos pudieran imitarla, hoy la liturgia papal se convierte en el ejemplo de desconcierto. Lejos de ser esclavos de las rúbricas, ¿pero queremos darle un mínimo de significado? ¿O el Papa reclama su autoridad y primacía sólo cuando tiene que dictar normas en materia económica? 

FP.

Ciudad del Vaticano.

Viernes 3 de noviembre de 2023.

Silere non possum. 

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