Diócesis de Celaya organiza centro de acopio… de pistolas de juguete

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En Celaya son cada vez más los comercios que cierran por razones que no tienen que ver con la pandemia, pero sí con la extorsión.

La Diócesis de Celaya ha reflexionado mucho sobre cómo atender ese flagelo para evitar que la economía local termine por colapsar, por ello decidió comenzar su propio ‘Programa de Desarme Voluntario’… con Menores.

El objetivo es evitar que niños, quienes dedican gran parte de su día a jugar a los “balacitos”, crezcan como “adultos violentos y armados”, indicó el vocero de la Diócesis de Celaya, P. José de Jesús Palacios, al ser entrevistado por la Agencia Católica de Noticias (ACN).

“Si desde pequeño juega solo y exclusivamente con armas, aunque sean de plástico, pero que inspiran ese tipo de violencia, consideramos que juega a producir violencia con los ‘balacitos’, y esa situación, evidentemente genera otras disfunciones en su adultez que pueden desencadenar que se dedique a la extorsión u otros actos ilícitos”,

sostuvo.

Se recrudecen casos de extorsión y miedo a denunciar esos ilícitos

Mientras la delincuencia distribuye este tipo de volantes en Guanajuato, en los cuales los extorsionadores efectúan mensajes directos a propietarios de negocios, a los cuales se les lanzan amenazas de atacar a sus familiares y quemar sus negocios si no ceden a sus demandas de pagos, el portavoz de la Diócesis de Celaya dijo que, al momento, no están enterados de que la delincuencia opere de esa forma en concreto; sin embargo, “el secuestro es real y evidente”.

Confirmó que en las comunidades de “La Luz” y “La Cruz”, en Celaya, Guanajuato, es donde más “se han desatado las extorsiones”.

“Estamos sufriendo en muchas comunidades (…), muchos comerciantes han tenido que cerrar sus negocios, no sabemos a ciencia cierta si es porque los han amenazado o porque les han enviado una especie de volante como el que se menciona. Hay que recordar que todo este tipo de situaciones y clima de violencia genera miedo, angustia, incertidumbre y zozobras; por ello, en muchas ocasiones la Iglesia no se entera de que fieles y laicos están sufriendo, porque prefieren no denunciar y guardar silencio”,

puntualizó.

En ese contexto, el P. José de Jesús Palacios, planteó que la Carta Encíclica Deus caritas est, de Benedicto XVI, “en la segunda parte, nos hace ver que es un deber y tarea de Estado, instaurar y garantizar la justicia, seguridad y paz; mientras que la misión principal de la iglesia es anunciar la buena nueva y ser consciente que debe cooperar sin dejar de largo su propia misión en coadyuvar los procesos que ayuden y  fortalezcan la instauración de esa reconstrucción del tejido social”.

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