En la Basílica de la Anunciación de Nazaret, la oración silenciosa de los fieles, que se unen a la Jornada de oración y ayuno por la paz en Oriente Medio, anunciada para hoy, 17 de octubre, por los Ordinarios de Tierra Santa , comenzó ya ayer por la tarde, cuando las monjas organizaron una vigilia en el lugar donde María dijo su «sí» al ángel Gabriel.
«Hoy toda nuestra comunidad está inmersa en el silencio, el ayuno y la oración al Todopoderoso. La oración más profunda es pedir a Dios que conceda la paz a los corazones de los hombres«, dice Mons. Rafic Nahra, Vicario Patriarcal para Israel en América. Patriarcado de Jerusalén, ordenado obispo y residente en el complejo de la Basílica de la Anunciación en Nazaret desde 2022.
En el pueblo árabe-israelí de Nazaret, la basílica contiene en su interior la cueva de la Anunciación, testimonio visible del «sí» que permitió al Verbo encarnarse: la inscripción «Verbum caro factum est» («El Verbo se hizo carne» ) está grabado en la fachada de la iglesia y en el altar de la cueva, situada en la parte baja de la basílica.
La comunidad católica hoy acude de corazón a la Palabra de Dios, Cristo Jesús, para invocar el don de la paz.
A las 8.00 horas de esta mañana se celebró la misa frente a la gruta de la Anunciación y luego fue seguida por la exposición solemne del Santísimo Sacramento durante todo el día. Esto permite a los fieles venir a la iglesia y hacer una pausa en silenciosa adoración eucarística. También se invoca el don de la paz por intercesión de la Santísima Virgen María, con el rezo del Rosario a las 11 horas y el rezo del Ángelus a las 12 horas, en presencia de las Hermanas Franciscanas del Inmaculado Corazón de María, las Hermanas Salesianas de Nazaret y otras comunidades de mujeres consagradas.
Mons. Rafic Nahra dice:
“Es necesario romper el círculo vicioso de inhumanidad, violencia y venganza. Vemos con extremo sufrimiento que hay ira en el corazón de todos y es difícil siquiera decir una palabra. La manera de romper este ciclo es sólo realizar actos concretos de cercanía y misericordia para disolver el odio, que es la raíz de todo mal, de toda violencia y crueldad. Vemos que no es tanto necesario «dar lecciones» para decirnos unos a otros qué hacer: lo que se necesita, por el contrario, es trabajar para encontrar un antídoto contra el odio.
» Sólo la misericordia de Dios puede abrir un camino hacia la reconciliación. Por eso nos detenemos en la oración y el ayuno.
» Pero, como dijo nuestro Patriarca, el cardenal Pizzaballa, no debemos esperar que esto dé frutos en un instante. Se necesita paciencia, tiempo y perseverancia para construir la reconciliación y la paz. Se ha roto la confianza y también lo vemos en nuestra sociedad, entre árabes e israelíes. Como cristianos en Tierra Santa buscamos con todos nosotros un camino de amor, de caridad que es la única fuerza capaz de extinguir el odio. Por eso el Patriarca incluso dijo que estaba dispuesto a ofrecerse a cambio de los rehenes. Con Cristo Jesús en nuestros corazones, estamos dispuestos a hacer cualquier cosa por la paz».
El Vicario se prepara para celebrar esta tarde la Misa en árabe en la Basílica de la Anunciación, seguida del Rosario de San José, que se encuentra entre los santos a los que se invocará para pedir a Dios el don de la paz. Nazaret, concluye el Vicario, «recuerda el momento preciso de la historia en el que el ‘sí’ de una joven cambió el curso de la historia, dio origen a la nueva alianza porque, gracias al ‘sí’ de María, Dios pudo entrar en la historia y la encarnación.
Los antiguos griegos tenían dos maneras de definir el tiempo, distinguiendo entre ‘kronos‘ y ‘kairòs‘.
La primera ,’kronos‘, expresaba el fluir cuantitativo y cronológico de los minutos, mientras que ‘kairòs‘ indicaba el cumplimiento, en el tiempo, de algo grande, oportuno. Pues bien, precisamente en esta trágica situación, hoy decimos, con todo nuestro ser, ‘sí’ a la paz, vivimos el ‘kairòs’ de la paz, un tiempo propicio para volver a la reconciliación, en nombre de Dios«.
PA.
NAZARET.
Martes 17 de octubre de 2023.
Fides
