Ha finalizado la primera semana de la XVI Asamblea General del Sínodo sobre la sinodalidad. Ante la más total indiferencia del episcopado, del clero y, sobre todo, de los fieles de todo el mundo, un grupo de élites optó por encerrarse en la sala San Pablo VI del Estado de la Ciudad del Vaticano para poder hablar «de todo y de nada».
El 30 de septiembre de 2023 se celebró «Juntos», la vigilia ecuménica de oración por el Sínodo. La participación fue prácticamente nula si tomamos en cuenta que la mayoría de los escaños fueron ocupados por quienes fueron nominados o elegidos para formar parte de la Asamblea General. Luego los miembros fueron llevados a la Domus del Sacrofano, donde permanecieron en retiro hasta la tarde del martes 3 de octubre.
El 4 de octubre el Santo Padre presidió la Santa Misa de apertura con todo el Sacro Colegio, aunque también en esta ocasión la participación de sacerdotes y laicos fue nula. Luego comenzaron los círculos más pequeños, congregaciones, etc.
Por lo tanto, al final de la primera semana, los participantes examinaron la sección A del Instrumentum Laboris .
Atención, este es el documento que la Secretaría del Sínodo, presidida por el maltés Mario Grech, creó ad hoc a disposición del Papa Francisco. No es el documento que habían elaborado los teólogos, con días y días de trabajo. “ Para ellos – susurra alguien entre las mesas redondas – aquí no hay posibilidad de hablar” .
El apartado examinado se centra , por tanto , en la reflexión sobre los signos característicos de una Iglesia sinodal. como experiencia integral y en la conversación en el espíritu como método para avanzar en nuestro discernimiento del yo al nosotros, del individuo al comunitario.
Al final de estos encuentros en los círculos más pequeños, se redactó un documento que, aprobado por mayoría absoluta, fue entregado a la Secretaría del Sínodo.
Sínodo: los ojos puestos en los sacerdotes
Si hay una certeza es que la atención de estos ambiciosos laicos y monjas está fijada en los sacerdotes. El cardenal Fridolin Ambongo Besungu, OFM Cap., durante la conferencia de prensa de hoy informó que se discutió la formación en los seminarios y la formación de los sacerdotes. Este mantra comenzó el primer día. A pedido específico, el cardenal dijo: «Sí, nuestra reflexión se centra en cómo formar a los futuros sacerdotes en la sinodalidad».
Por tanto, la reeducación debe comenzar «desde la escuela». ¿Qué significa formarse para la sinodalidad? Significa que no se puede contradecir a los laicos. Significa que el párroco, el ministro ordenado, ya no tendrá ninguna autoridad. Todos podrán decidir, elegir, entrar, trastear. Si esto es lo que quiere el Pontífice, no hay problema. Entonces, cuando los obispos se encuentren con iglesias vacías y cuentas que pagar, será ridículo.
Algunos cardenales dijeron a Silere non possum : “Hay laicos, pero también sacerdotes, que hablan de eliminar estructuras, de facilitar el acceso a la curia, etc… hablan de pobreza, de abandono del poder. Pero después de un tiempo se contradicen diciendo que necesitamos estructuras para formar en la sinodalidad». Este es el tono de las discusiones, ¿nos damos cuenta? Esta gente ni siquiera sabe de qué están hablando. La palabra Jesucristo y la palabra oración son las menos pronunciadas.
Baste decir que ninguno de estos sujetos va a la Basílica Vaticana a orar, ni antes ni después de estos encuentros. Nathalie Becquart se preocupa mucho por conseguir sillas de poder pero cuando se trata de arrodillarse para rezar…simplemente no se ve , parece que las rodillas de porcelana no se pueden corromper. Consideremos que incluso el Arcipreste de la Basílica Vaticana dio instrucciones de dejar la iglesia abierta más allá del horario de apertura para permitir que estas personas se detuvieran frente al Santísimo Sacramento y los restos de los santos papas. Nada, ni siquiera una sombra de estas personas en la basílica.
La situación es verdaderamente paradójica: en los distintos círculos de donde proceden las historias detalladas, surge un odio real hacia la figura del sacerdote y del obispo, visto como alguien cuyo poder debe ser arrebatado de sus manos. El aspecto espiritual está completamente ausente. “Las oraciones que incluso interrumpen la discusión tienen un carácter falso que resulta verdaderamente empalagoso ”, informa un prelado.
Respecto a la disminución de las vocaciones, el arzobispo de Kinshasa informó: “ No podemos decir que haya una disminución de las vocaciones en todo el mundo. En la archidiócesis de Kinshasa hay 130 seminaristas”. Bueno, tal vez sea hora de hacernos algunas preguntas. La persecución, la vida de oración y la fe probablemente den algún fruto. Hay una certeza: si esas realidades tienen vocaciones no es porque sean sinodales.
Por ML.
Ciudad del Vaticano,
Domingo 8 de octubre de 2023.
Silere non possum.
