Las sanciones contra el cardenal Ricard son un mensaje peligroso porque son ambiguas y laxas. La lucha contra la pederastia sobrevive y vive de hechos y no de palabras, que tan crudamente han dicho.
Hace dos días el cardenal francés Jean-Pierre Ricard cumplió 79 años y, por tanto, hasta el 25 de septiembre de 2024 podrá participando en un posible cónclave para elegir un nuevo obispo de Roma.
Precisamente en estos últimos días, tras la visita del Pontífice a Marsella, han aparecido noticias de las sanciones imputadas por el Vaticano al cardenal francés, arzobispo metropolitano emérito de Burdeos.
Antes de las sanciones impuestas al cardenal, según se informó a La Croix, ninguna de ellas se refiere a su alta dignidad cardenalicia, a sus derechos y prerrogativas que, en cambio, sí le fueronquitads al cardenal Angelo Becciu,incluso sin mediar juicio alguno y antes de un proceso regular y garantizado y antes incluso antes de ser sentenciado.
En el caso Becciu, el Papa lo acusó, lo defenestró y ya luego ordenó investigaciones, juicios y exámenes en cuontra, en un juicio que se espera, 3 añois después, que concluya antes de que concluya este año.
Sin embargo, para el cardenal francés Ricard el método fue diferente.
El cardenal francés no se presume inocente. Ricard fue acusado, investigado y condenado.
El mismo había confesado el crimen.
Según la justicia canónica, es una persona culpable de ciertos delitos gravísimos, pero que sin embargo conserva todos sus derechos y prerrogativas hasta su muerte. Impactante pero seguro!
Por tanto, en el contexto del escándalo de Rupnik, cuando Francisco anuló la excomunión que le había impuesto la Congregación para la Doctrina de la Fe (mayo de 2020) por haber absuelto en confesión a su cómplice en un pecado grave…ahora se unió el caso del cardenal Ricard, junto a otros acontecimientos recientes similares.
El caso Ricard
El proceso contra Ricard comenzó en la diócesis de Marsella en noviembre de 2022, después de que el propio cardenal confesara sus crímenes. El expediente fue luego presentado al Dicasterio para la Doctrina de la Fe que, en las últimas semanas, decidió suspender al cardenal de todo ministerio público y esto es permanente, excepto en la diócesis donde reside (la de Digne) (…)
En términos concretos, esto significa que continúa siendo cardenal y sacerdote, pero no tiene derecho a ejercer su ministerio sacerdotal de fieles: celebrar una Misa para los católicos o administrar los sacramentos (…)
El cardenal Ricard sólo puede celebrar la Misa en privado, solo o en presencia de otra persona.
(… )
La sentencia romana preveía una amplia excepción de que no debería aplicarse en la diócesis de residencia del Cardenal Ricard, donde éste puede continuar ejerciendo un ministerio público con el conocimiento del obispo local».
El 7 de noviembre de 2022, el presidente de los obispos franceses, mons.Eric de Moulins-Beaufort, sorprendentemente, durante un pleno episcopal en Lourdes, comunicó a la prensa que el cardenal Jean-Pierre Ricard había confesado haber abusado de una muchacha hasta torturarla cuando era párroco. Tenía 43 años.
La cobertura mediática fue muy fuerte porque Ricard era muy conocido y poderoso. Había sido dos veces Presidente del Episcopado y actualmente era miembro del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, del que fue destituido.
Mensajes ambiguos
Las sanciones son espectacularmente inadecuadas y sorprendentes.
Pero sobre todo molestan porque envían mensajes ambiguos que muestran que «cierta tolerancia» con algunos de los graves infractores.
Como en el caso de la excomunión de Rupnik, muchos creen que al final «todo se arreglará» en la Iglesia.
Hacerlo representa la muerte del juego contra los abusos en la Iglesia. Este juego sigue vivo y se juega con los ojos y no con las palabras, como lo he dicho tan crudamente.
Por LUIS BADILLA.
JUEVES 28 DE SEPTIEMBRE DE 2023.
CIUDAD DEL VATICANO.