* Los medios vaticanos ignoraron los 30 años de Veritatis Splendor , la encíclica de San Juan Pablo II que denunciaba las tergiversaciones de la moral católica en cuestiones fundamentales.
* Ahora, esas tergiversaciones se han convertido en la regla de la Iglesia…por lo que conmemorar tal encíclica, se vuelve comprometedor.
Hace treinta años, el 6 de agosto, Juan Pablo II publicó la encíclica Veritatis splendor «sobre algunas cuestiones fundamentales de la enseñanza moral de la Iglesia«. L’ Osservatore Romano no recordó el aniversario. Vatican News ni siquiera lo mencionó.
Es cierto que se suelen recordar 25 y 50 años de eventos de este tipo, al igual que ocurre con las bodas, como es cierto que la JMJ ha monopolizado estos días la comunicación eclesial, pero es asombroso un olvido tan generalizado. Esta actitud expresa bien el desprecio que la Iglesia oficial dedica a la encíclica sobre la moral de un gran Pontífice.
Veritatis splendor no contiene toda la doctrina moral católica , su propósito era denunciar y corregir algunas tergiversaciones de la moral católica sobre cuestiones fundamentales. Pero resulta que ahora esas tergiversaciones se han convertido en la regla de la Iglesia por lo que conmemorar la encíclica se vuelve comprometedor. Mejor no hablar de ella, abandonarla en la vorágine del olvido, como si nunca hubiera sido escrito.
¿Cómo sería posible, sin sonrojarse, recordar estos días aquella encíclica sin advertir que choca con Amoris laetitiay en general con el estatus de la teología moral bajo Francisco? ¿Cómo sería posible hacer pasar por continuidad una diferencia tan evidente y sustancial? De hecho, para encontrar conmemoraciones de este trigésimo aniversario hay que remitirse a centros de pensamiento más o menos críticos con el abandono de esa perspectiva de la teología moral, como Cosa Católica o Revista Crisis, por ejemplo .
La condenación de la Veritatis splendor y la damnatio memoriae ordenada al respecto, no se producen de manera expresa, sino en el gris de la sombra. En el pontificado actual no ha habido ningún documento de revisión de lo enseñado por Juan Pablo II. En otras palabras: nunca se ha explicado por qué Veritatis splendor debería quedar a la deriva. Lo que estaba mal o inadecuado en ella, nunca se dijo. Simplemente decidieron ir más allá, seguir adelante. Creen: «el tiempo pasa», «la gente se olvida», y quien siga teniendo presente y señalando las contradicciones con las nuevas enseñanzas, tarde o temprano se cansará y todo quedará en nada.
Pero esta Iglesia en el pontificado actual es como un ejército que deja a sus soldados en territorio enemigo, abandonándolos. Tal es el caso de la encíclica Veritatis splendor , pero lo mismo puede decirse de Humanae vitae , de Paulo VI, no son sólo textos para archivar: muchos cristianos han construido sobre ellas la batalla de su vida. Olvidar esos documentos sin decir por qué…significa abandonar a sí mismos, a su suerte, a esos compañeros de viaje.
De ese pasar página en silencio, de ese fingir que el huésped de piedra no existe , de ese proceder como si todo hubiera comenzado después de Veritatis splendor , dos aspectos llaman especialmente la atención: Uno se refiere al método y el otro al contenido.
1.- La imposición desde arriba del nuevo rumbo de la teología moral católica antitética a la Veritatis splendor se hizo no sólo sin explicar por qué, sino también a través de golpes y maniobras políticas, a través de subterfugios y zancadillas, es decir, de manera indigna.
La historia del Instituto Juan Pablo II es testigo del desprecio por las personas, de las maquinaciones políticas, de una nueva posición jurídica inventada ad hoc y funcional a la transformación sustancial de los fines del Instituto. Se podrían haber elegido métodos menos dañinos para la memoria de Juan Pablo II y menos irreverentes para quienes se habían comprometido válidamente con esa institución.
Los nombramientos de miembros controvertidos de las Academias Pontificias , las declaraciones provocativas sobre cuestiones éticas teológicas del Presidente de la Academia Pontificia para la Vida, los lemas creativos pronunciados por Francisco en varias entrevistas, la promoción en la Iglesia de personajes alineados con las nuevas perspectivas de La ética católica, la provocación y gestión de procesos revolucionarios como en los sínodos sobre la familia, las notas a pie de página de Amoris laetitia … de esta manera poco ortodoxa e irrespetuosa se cavó la tumba de la Veritatis splendor .
2.- En cuanto al aspecto del contenido , cabe señalar que la damnatio memoriae fue total, ninguno de sus aspectos sobrevivió, no hubo piedad para los vencidos. No se ha salvado el marco de referencia teológico fundamental de la encíclica, la visión antropológica que la sustenta, los problemas del conocimiento de la norma natural y revelada, las relaciones entre ambas, la relación entre norma y conciencia, la existencia de las acciones que son siempre erróneas y que nunca deben realizarse en ninguna ocasión, la valoración del papel de las circunstancias, el aspecto objetivo y público del pecado, la visión misma del pecado ahora visto como «insuficiencia» con respecto a un ideal, la posibilidad de reconocer jurídicamente las acciones contra la ley natural y la concepción misma de la ley moral natural.
Nada ha sobrevivido del esplendor de Veritatis .
La encíclica no existe. ¿Por qué conmemorarla?
martes 8 de agosto de 2023.
ciudad del vaticano.
lanuovabq.
