El portavoz de la Arquidiócesis de Yucatán, Pbro. Jorge Martínez Ruz, calificó de tenaz, perseverante y creativa, la propuesta de dos maestras de Ticul, quienes acondicionaron un mototaxi como escuela móvil para mitigar el rezago educativo en especial con alumnos en situación de extraedad, -con dos o más grados de atraso respecto al que le correspondería cursar-.
Yahaira Elena y Karla Maribel, son los nombres de las profesoras ejemplares, las cuales, armadas solamente con pizarrones y plumones, combaten el analfabetismo en municipios de escasos recursos, donde muchos de los menores, no cuentan con celulares ni computadoras para seguir las clases en línea. Ambas forman parte de un grupo de 20 tutores en el Estado, que se encargan de apoyar a este sector de la población.
“Se trata de docentes responsables que se reinventaron y reestructuraron en plena pandemia para dar un extra por sus alumnos, a los que les llevan hasta su hogar algún texto, material didáctico; incluso, el fin de curso pasado les entregaron reconocimientos y diplomas por su buen desempeño a de desempeño”,
refirió el Pbro. Martínez Ruz
En entrevista con Agencia Católica de Noticias (ACN), definió ese acto de las maestras como una expresión de fe, desde la Iglesia doméstica.
“El escenario para los estudiantes resulta complicado; sin embargo, hemos visto muchas expresiones creativas como fruto del amor y que buscan canalizar a los más necesitados la enseñanza. Se trata de un hermoso detalle”, puntualizó.
Ve Iglesia el esfuerzo por parte de la niñez para continuar sus estudios
“A pesar de que las clases se transmiten por TV abierta y muchas escuelas particulares también tienen las clases en línea, sabemos que no es suficiente, pues un gran porcentaje de nuestros niños no tiene acceso al internet ni tampoco las plataformas básicas para poder vincularse; algunos tendrán computadora, otros el celular, pero otros tienen que buscar condiciones para poder acceder a ello. Vemos a estudiantes que a veces tienen que caminar hasta los parques públicos donde hay señal de internet y ahí sentarse en alguna sombra bajo un árbol a recibir la señal y hacer la tarea”,
detalló.
En ese contexto, dijo que la Iglesia católica reconoce el brío de las educadoras, toda vez que hay familias que tienen varios hijos que buscan acceder a los servicios académicos.
“Vemos su creatividad, ya que facultadas solo por un triciclo como medio de transporte habitual en los municipios del interior del estado, lo convirtieron en una pequeña escuela ambulante para poder visitar aquellos que no tienen acceso a internet o que les ha sido difícil enlazarse. Eso es algo honroso y loable”,
comentó.
Catequistas… por la misma línea
El clérigo, aprovechó para enaltecer el trabajo de los catequistas, quienes “como maestros y enseñantes, también han dedicado gran parte de su trabajo y esfuerzo a llevar a las plataformas digitales la catequesis”.
“En Yucatán aún seguimos con la catequesis virtual al ritmo de enseñanza muy similar al de la SEP. Valoramos y nos mueve mucho el esfuerzo de tantos catequistas que buscan formar grupos y se coordinan con los padres de familia para ver que hagan la tarea y estar pendientes de los alumnos”,
sostuvo.
Por último, indicó que la Arquidiócesis de Yucatán “valora en demasía a este tipo de iniciativas ciudadanas
