* En la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa (del 1 al 6 de agosto), temas como la contaminación y el clima ocupan un lugar central. Pero el ambientalismo trastoca el orden de la creación, degradando al hombre. Y reemplazando el culto de Dios por el de la Tierra.
Ayer comenzó en Lisboa la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Hoy, 2 de agosto, entre las diversas iniciativas, está la primera Rise Up , es decir, tal como lo presentan los organizadores, una nueva forma de catequesis, tan nueva que realmente no parece catequesis . De hecho, hoy hablaremos de Ecología Integral: cuidarnos unos a otros y a toda la creación (los otros dos Rise Up –nombre que tanto recuerda a una bebida carbonatada y azucarada– se referirán a Amistad Social y Misericordia).
La web oficial de la JMJ presenta la catequesis de hoy a través de un vídeo en el que un joven nos instruye de la siguiente manera: «Reflexionemos sobre los recursos del planeta y sobre lo que estamos dejando a las generaciones futuras. Cuidar la casa común implica reflexionar sobre la dimensión humana y social. La ecología integral es inseparable de la noción del bien común. […] en Laudato si’, el Papa Francisco nos presenta a San Francisco de Asís como el principal ejemplo de vivir en maravillosa armonía con Dios, los demás, la naturaleza y él mismo. ¡Debemos hacer nuestra esta ambición! […] Una ecología integral lleva tiempo para redescubrir una serena armonía con la Creación, para reflexionar sobre nuestro estilo de vida y nuestros ideales, para contemplar al Creador. Todo está conectado. La existencia humana descansa sobre tres pilares fundamentales: la relación con Dios, con los demás y con la Tierra. […] ¡Cuidemos nuestra casa común! ¡Ahora!».
En los meses anteriores, jóvenes de todas las diócesis del mundo habían sido invitados a prepararse para discutir este tema a través de algunas reuniones. En el manual explicativo para la organización de estos encuentros se explicaba que, en relación con el tema ecológico, “este encuentro preparatorio pretende brindar a los jóvenes un tiempo de escucha mutua sobre las diversas dimensiones de la ecología integral”. Estas dimensiones se indicaron a continuación: «contaminación y cambio climático; la cuestión del agua; pérdida de biodiversidad; deterioro de la calidad de vida humana y degradación social; iniquidad planetaria».
Fieles al mandato de Monseñor Ignor Américo Aguiar , encargado de la JMJ de Lisboa, que ordenó no hablar de evangelización durante la JMJ, aquí los jóvenes hablarán, escucharán y discutirán sobre el calentamiento global, el derretimiento de los glaciares y los acondicionadores de aire. La desertificación de la fe ha sido sustituida por la desertificación climático-ambiental; a la polución de las almas la polución de los ríos, lagos y mares; ecología integral a la integridad moral; a la salvación eterna la breve ligada a la lucha contra el calentamiento global; conversión ambiental a conversión a Dios; a los sacramentos recogida selectiva de residuos y coches eléctricos; la biodiversidad a la diversidad de carismas; la autoacusación del calentamiento global provocado por el hombre al examen de conciencia; las marchas ambientalistas en las procesiones; Fridays for Future en Lean Fridays ; en el temor de los diosesecoansiedad; a Madonna Greta Thunberg. Para adorar a Dios la adoración de la diosa de la Tierra.
La juventud del ecologista Littorio, vestida de verde, está por tanto dispuesta a convertirse, más aún, a pervertirse. De hecho, el ambientalismo tiene que ver con el catolicismo como Al-Qaeda tiene que ver con la paz mundial. La relación correcta entre el creyente y la creación depende de estos aspectos.
- Primero: todo ser natural es bueno en sí mismo porque encuentra en Dios su primera causa. En él, por tanto, resplandece alguna perfección del Creador, aunque también la naturaleza ha sufrido la reverberación negativa del pecado original («¡maldita sea la tierra por vuestra causa!»: he aquí en Génesis 3,17 la explicación definitiva de las inundaciones, los tsunamis, los incendios, terremotos, tifones y más).
- Segundo: la bondad de la creación que se revela en nosotros en su belleza y en su íntima racionalidad suscita o debe suscitar un himno de alabanza a Dios, así lo hizo san Francisco.
- Tercero: la creación puede y debe ser utilizada por el hombre para el hombre, es decir, para su santificación, y no debe abusarse no porque la mariquita o el glaciar tengan derechos (no pueden tenerlos porque no son personas), sino porque el valor intrínseco de lo creado bienes – armónicamente desiguales entre sí – y el respeto a la dignidad personal implican una conducta acorde con estos dos aspectos.
Es decir, si torturo a un gato, no me comporto adecuadamente con el valor del cuadrúpedo y sobre todo con mi dignidad personal, porque el valor intrínseco de los bienes creados – armónicamente desiguales entre sí – y el respeto a la dignidad personal, implican una conducta acorde con estos dos aspectos. El ecologismo, incluso en forma católica, en cambio asigna una dignidad personal a los animales, vegetales y cosas ; y así, un tema objetivamente marginal, pasa necesariamente a ser central, ahora resulta que pasa también para llenar un vacío de contenidos evidente en la pastoral de la Iglesia dado que el proprium doctrinal católico ha sido prácticamente anulado.
Por lo tanto, al asignar a las criaturas no humanas un valor que no tienen, el ambientalismo derriba el orden jerárquico que ve al hombre como superior en dignidad a las demás criaturas corporales, empujándolo hacia abajo y acusándolo de explotar el planeta.
Esto es una dinámica francamente satánica, dado que el demonio sólo puede crear desorden, es decir, invertir especularmente el valor intrínseco de los bienes.
El becerro de oro ahora está pastando en Lisboa.
MIÉRCOLES 2 DE AGOSTO DE 2023.
LISBOA, PORTUGAL.
LANUOVABQ.
