La reunión de casi dos Horas de ayer, 18 de Julio, entre el Presidente J. Biden y el anviado del Papa, el cardenal Matteo Zuppi –quien está al frente de la misión vaticana para «aliviar las tensiones» en la guerra de Rusia contra Ucrania y promover diversas acciones humanitarias–, finalizó en su parte pública oficial con una declaración en la que la Casa Blanca subrayó que los dos «también han discutió los esfuerzos de la Santa Sede para brindar ayuda humanitaria para abordar el sufrimiento generalizado causado por la continua agresión de Rusia en Ucrania, así como el compromiso del Vaticano con el regreso de los niños ucranianos deportados por la fuerza”.
En definitiva, un encuentro cortés y amistoso pero sin ningún compromiso concreto inmediato. Quizás, en un futuro próximo, Estados Unidos aporte una ayuda material concreta y específica que seguramente ahora se está estudiando.
Como era de esperar, ni la más mínima mención a la dimensión política del conflicto provino de la Casa Blanca, al contrario, Biden reiteró claramente en su comunicado: trabajar juntos para “abordar el sufrimiento generalizado que provoca la continua agresión de Rusia en Ucrania”. .
La conclusión de la diplomacia americana es perentoria: quien quiera resetear esta misión humanitaria transformándola en una especie de negociación de paz, no está haciendo bien los cálculos.
El viaje del cardenal italiano Matteo Zuppi, anunciado por la Santa Sede, parece muy insidioso que, como se desprende de la entrada, habrá dos Diferentes y dos lejanas interpretaciones:
Una noche de diplomacia blanda: palabras genéricas, fotografías y sonrisas, pero en el fondo poco o nada.
La otra: una sonrisa firme y severa, especialmente en las oficinas del Departamento de Estado. No hay comprensión de los Estados Unidos y la política exterior de la Santa Sede en el caso de la agresión rusa en Ucrania, como eje en 2003 en el caso de la agresión del estado estadounidense en Irak.
Estados Unidos siempre ha tomado la delantera en su política exterior amenazándo con las armas, y usándolas en diversas ocasiones. Enfrentamientos en este tema, cultos y muy medidos pero duros, entre Washington y el Vaticano, Y lleva 16 meses en el caso Moscú-Kiev. Washington sin embargo ha utilizado todos sus medios para saber que su posición es diferente y lejana a la vaticana.
A partir de ahora entre el Vaticano y Washington hay una frialdad cortés que da para mucho: Es decir, para E.U. el Papa Francisco es un respetable líder religioso por su compasivo papel de hombre, pero también es un líder político que más de una vez y durante muchos años ha expresado hostilidad hacia Estados Unidos. La última pregunta del Papa Bergoglio, que siempre aparece en las cancillerías del mundo, especialmente de Estados Unidos, es la de la OTAN que creó Francisco que estaba robando a las puertas de Moscú (mayo de 2022).
Ayer tarde, por escrito, la Casa Blanca precisó los límites y temas de la conversación entre el Enviado del Papa, Cardenal Matteo Zuppi, y el Jefe de la Casa Blanca, hoy en Washington. “ El presidente Biden y el cardenal Zuppi – dice el comunicado de prensa – discutirán la asfixia general causada por la brutal guerra de Rusia en Ucrania. También discutirán los esfuerzos de los Estados Unidos y la Santa Sede para llevar ayuda humanitaria a los afectados y los atención de la Sede Papal para la repatriación de niños ucranianos deportados a la fuerza por funcionarios rusos ”.
Por tanto, no se tocará nada con contenido político explícito, es decir, no se hablará de planes de paz, mediaciones o facilitaciones. Como decir que la guerra tiene otra lógica y sigue otros caminos.
Por LUIS BADILLA.
CIUDAD DEL VATICANO.
