Al menos 39 universidades en 17 estados han instalado máquinas expendedoras de píldoras del día después, y al menos 20 más las están considerando, informó Associated Press, citando a la Sociedad Estadounidense para la Anticoncepción de Emergencia.
“Con algunos estados promulgando prohibiciones del aborto y otros consagrando protecciones y ampliando el acceso al control de la natalidad , las máquinas son parte de un impulso en los campus universitarios para garantizar que los anticonceptivos de emergencia sean baratos, discretos y ampliamente disponibles”, según el informe.
Una máquina expendedora de Plan-B se encuentra en el sótano del edificio del sindicato de estudiantes en el campus de la Universidad de Boston en Boston, Massachusetts, el 26 de julio de 2022. (JOSEPH PREZIOSO/AFP a través de Getty Images)
Washington se convirtió este año en el primer estado en reservar fondos ($200,000 para subvenciones de $10,000) para universidades públicas para “ampliar el acceso a anticonceptivos de emergencia… a través de dispensadores automáticos”, afirma el informe.
“La máquina de la Universidad de Washington se instaló después de una campaña dirigida por estudiantes. Ofrece cajas de Plan B genérico por $12.60, aproximadamente una cuarta parte de lo que venden las versiones de marca en las tiendas, y se han vendido más de 640”, según el informe. “ El fármaco es incluso más barato en algunas máquinas que en UW, a tan solo $7 por caja. Esto se debe a que se vende apenas por encima del costo mayorista, en comparación con los precios minoristas de las farmacias, que pueden subir hasta $50”.
En Nueva York e Illinois, los legisladores están trabajando en proyectos de ley que exigirían que los campus universitarios estatales tengan al menos una máquina expendedora de anticonceptivos de emergencia. Los legisladores de Connecticut también aprobaron una medida este año que permite que la píldora del día después y otros medicamentos de venta libre se vendan en máquinas expendedoras en campus universitarios y en otros lugares.
Zoe Amaris, estudiante de farmacia de la Universidad de Washington y miembro de la junta de Farmacéuticos para la Educación Reproductiva y la Salud Sexual de la UW, dijo que “existe un estigma asociado con el acceso a estos medicamentos” que se alivia al tener máquinas expendedoras.
“No necesitas ir a una farmacia. No necesita acudir a su proveedor de atención médica”, dijo Amaris.
Por KATHERINE HAMILTON.
WASHINGTON DC.
BREITBART.
