* No pasa una semana sin que lleguen noticias de los secuestros de sacerdotes católicos desde Nigeria.
Para poder comprender la magnitud de lo que se vive a diario en Nigenia, Avvenire planteó algunas preguntas a monseñor Ignatius A. Kaigama, arzobispo de Abuja, la capital federal, y de 2012 a 2018, presidente de la Conferencia Episcopal de Nigeria. El prelado subraya que los secuestros no afectan sólo al clero católico y señala las razones económicas -el negocio del rescate- de estos crímenes, destacando la difícil situación general del país africano más poblado.
Su Excelencia en los últimos años ha habido numerosos sacerdotes secuestrados ya veces incluso asesinados. ¿Tiene estadísticas sobre el tamaño del fenómeno?
Las diócesis aún están recopilando datos sobre el fenómeno. Sin embargo, los últimos informes muestran que varios sacerdotes católicos han sido asesinados por hombres armados, y muchos más fueron secuestrados solo en 2022. 2022 ha sido un año terrible para el clero, sujeto a secuestros casi diarios con demandas de rescate. Si bien se temía que estos secuestros fueran una persecución dirigida a la fe cristiana, la lógica económica obvia, la demanda de dinero de rescate, detrás de este fenómeno ha eclipsado un poco estas preocupaciones. Si bien puede parecer que los ataques se han vuelto más evidentes recientemente, han sido motivo de preocupación durante el último año. El asalto a los líderes religiosos no se limita solo a los sacerdotes católicos.
¿Cuáles son las razones de estos continuos secuestros?
Estos acontecimientos recientes han llevado a muchos a preguntarse por qué la Iglesia Católica se está convirtiendo en un objetivo para los secuestradores y asesinos en todo el país. Estos ataques no pueden ser una mera coincidencia. Están bien coordinados y son deliberados. Algunos de los sacerdotes fueron secuestrados directamente desde la rectoría de su parroquia. Para que los autores sepan a quién quieren y dónde encontrarlos. Para empezar, la corrupción ha exacerbado la pobreza y la brecha en la distribución de la riqueza, alimentando la violencia en todo el país. La alta tasa de desempleo ha obligado a algunos ciudadanos a buscar otras formas de ganar dinero y algunas de estas formas son ilegales. Los estudios de las formas y los efectos de estos asesinatos muestran claramente un esfuerzo constante y concertado para apoderarse de la tierra y privar a la gente de sus derechos. El aspecto religioso del fenómeno no puede pasarse por alto por completo. Nigeria es el hogar de Boko Haram, los extremistas islámicos cuya insurgencia de 12 años ha matado a un número incalculable de personas, la mayoría de las cuales son cristianos.
Arzobispo Ignacio A – Ansa
¿Cuál es la actitud y compromiso de las fuerzas del orden y de las autoridades políticas para contrastar este fenómeno?
La falta de protección de la población se debe a que el gobierno federal ha perdido la capacidad de frenar a los diversos grupos de hombres armados que ahora están aterrorizando varios lugares, particularmente en el norte, sin cesar ni obstaculizar. A estas alturas, las autoridades deberían tener claro que la estrategia existente para frenar la inseguridad y promover la paz no está funcionando y debe revisarse, mejorarse o, en el mejor de los casos, rediseñarse.
¿Entonces?
La obligación fundamental del gobierno, consagrada en la Constitución, es salvaguardar la vida y los bienes de sus ciudadanos, independientemente de su afiliación étnica o religiosa. Cualquier violación de este concepto fundamental del contrato social va en contra de todo el propósito del gobierno. Cuando un gobierno pierde la capacidad de defender la vida y la propiedad de sus ciudadanos, pierde su legitimidad y la anarquía se nos viene encima.
¿Qué espera del nuevo presidente Bona Tinubu que asumió el cargo a finales de mayo?
El nuevo gobierno debe tomar una posición y hacer lo que sea necesario para asegurar que los terroristas sean controlados, los criminales sean atrapados, los bandidos sean abatidos y los secuestradores queden fuera de combate. Esto es lo mínimo que los ciudadanos esperan de sus líderes. El surgimiento y la proliferación de muchas formas de organizaciones de «autoayuda» de seguridad es una fuerte evidencia de un voto de desconfianza, por así decirlo, en las autoridades.
¿Qué consejos dan los obispos a sus sacerdotes para evitar peligros?
Los obispos a menudo han aconsejado a los sacerdotes que sean más conscientes de la seguridad, que viajen solo cuando sea necesario y que eviten un estilo de vida llamativo u ostentoso. Los domingos suele haber estrictos controles de seguridad para las personas que quieren entrar en las iglesias. Las iglesias en Nigeria también han contratado equipos de seguridad que trabajan las 24 horas para evitar que las personas sospechosas de ser terroristas ingresen a los lugares de culto. Los grupos de seguridad han logrado hasta ahora anticipar y detener muchos intentos de ataques contra iglesias. También se les dice a las personas que si ven a una persona extraña, deben avisar al personal de seguridad.
La seguridad no se puede dejar en manos únicamente del gobierno. Individuos, iglesias, los grupos y comunidades deben tomar medidas preventivas para evitar que se repitan estos actos nefastos. En general, la gente está continuamente sensibilizada sobre la realidad de la inseguridad en el país. Sin embargo, además de todas estas medidas de seguridad puestas en marcha, confiamos en Dios para que nos proporcione la máxima seguridad. El salmista dice: «Si el Señor no guarda la ciudad, en vano velan los centinelas» (Salmo 127:1).
¿Qué puede hacer la comunidad internacional para ayudar a Nigeria en este frente?
En 2020, Estados Unidos declaró a Nigeria un «país de especial preocupación» por la libertad religiosa, junto con China, Irán, Pakistán y Arabia Saudita. En esta etapa, tiene sentido realizar una investigación completa para encontrar a las personas detrás de estos crímenes y, si se establece que se han cometido crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, deben ser abordados a través de procedimientos nacionales, si es necesario. La Corte Penal Internacional (CPI) debería ocuparse de ello. Según estimaciones del Banco Mundial, más de 95 millones de nigerianos viven en la pobreza con alrededor de 1,90 dólares al día. Nigeria carece de un sistema de protección social eficaz que pueda proteger a los ciudadanos de cualquier crisis económica. Importantemente,
¿Y qué pueden hacer los medios locales e internacionales?
Los medios de comunicación deberían hacer mucho más que informar de los conflictos a distancia. Deben estar involucrados en el proceso de paz a través de sus reportajes para una sociedad pacífica. Los periodistas internacionales que cubran noticias religiosas deben adquirir un conocimiento adecuado de las principales religiones en Nigeria, especialmente el Islam y el cristianismo. También deben ser honestos al reportar noticias, especialmente aquellas relacionadas con la inseguridad en el país, a los organismos internacionales pertinentes. Las organizaciones de medios internacionales deberían contratar más reporteros a tiempo completo y no depender de colaboradores a quienes se les paga según la cantidad de historias publicadas, como lo han hecho a lo largo de los años.
Por Gianni Cardinale.
AVVENIRE.