* La enésima carta del Papa Francisco al Padre James Martin es solo la confirmación de un estímulo constante a los grupos LGBT en la Iglesia. Lo que plantea un problema enorme, porque significa que un Papa derroca claramente el Magisterio de sus predecesores. Y es un problema que obispos y cardenales tienen que enfrentar.
A nadie puede sorprender realmente el enésimo gesto del Papa Francisco que legitima a las organizaciones LGBT en la Iglesia, en este caso la carta al ya famoso Padre James Martin dada a conocer el pasado 14 de junio. En la carta, fechada el 6 de mayo y manuscrita, se bendice la conferencia organizada por Outreach , el sitio católico LGBT fundado por el padre Martín, que se lleva a cabo este fin de semana en la Fordham University, universidad jesuita de Nueva York. El Papa Francisco agradece al padre Martín «por todo el bien que está haciendo» y promete sus «oraciones y buenos deseos» a todos los participantes de la conferencia.
- En primer lugar, nadie puede sorprenderse porque es la tercera vez que el Papa escribe una cálida carta al padre Martín en vísperas de la conferencia anual organizada por Outreach .
- En 2021 también había exaltado el «celo pastoral» del padre Martín que imita el «estilo de Dios».
- Y el año pasado le había animado a continuar con su ministerio, una verdadera «cultura del encuentro», que «acorta distancias y nos enriquece con las diferencias».
Y el padre James Martin ni siquiera es el único activista LGBT que disfruta de la amorosa atención del Pontífice.
Hace dos años escribió dos cartas al actual director ejecutivo de la organización estadounidense New Ways Ministry, Francis DeBernardo, la vanguardia del lobby LGBT dentro de la Iglesia. Fundado en 1977 por el Padre Robert Nugent y la Hermana Jeannine Gramick, a New Ways Ministry los obispos estadounidenses le negaron repetidamente el reconocimiento como organización católica y el 31 de mayo de 1999 la Congregación para la Doctrina de la Fe (presidida por el cardenal Joseph Ratzinger) también intervino con una nota reconociendo que los dos fundadores rechazaron la enseñanza de la Iglesia sobre la homosexualidad, a saber, el reconocimiento de que los actos homosexuales son intrínsecamente malos y que la inclinación homosexual representa un desorden objetivo.
Pues bien, en una de las dos cartas, el Papa Francisco valoró la labor del Ministerio New Ways y en la segunda incluso exaltó la figura de sor Jeannine, definida como “una mujer de valor que toma sus decisiones en la oración”. Cabe señalar que la Hermana Jeannine es una de las disertantes en la Conferencia actual.
Pero la lista de «gestos» pro-LGBT del Papa Francisco sería muy larga . Y no estamos hablando de acoger a personas con tendencias homosexuales, sino de la normalización y promoción de la homosexualidad.
Entonces, ¿cómo nos puede sorprender esta nueva carta al Padre Martín?
Sin embargo, uno no puede dejar de advertir un problema enorme, que no puede dejar de cuestionar a pastores y fieles. A saber: tenemos un Papa que no sólo exalta a personas y organizaciones por la misma razón que otros Papas y obispos las han condenado. Pero contradice abiertamente el Magisterio anterior. Y en este sentido recordamos una vez más la Carta firmada por el Cardenal Ratzinger el 1 de octubre de 1986 sobre la «pastoral de las personas homosexuales», que ya denunciaba un poderoso lobby gay dentro de la Iglesia empeñado en «subvertir» la doctrina católica actuando en conjunto con el vestíbulo gay fuera de la iglesia.
Por lo que «se pidió a los obispos que estuvieran especialmente atentos a aquellos programas que de hecho intentan presionar a la Iglesia para que cambie su doctrina, aunque a veces se niega de palabra que así sea».
Además, la carta firmada por el cardenal Ratzinger con la aprobación del Papa Juan Pablo II, pedía a los obispos que promuevan «una atención pastoral hacia las personas homosexuales en plena conformidad con la enseñanza de la Iglesia», excluyendo «las organizaciones en las que personas homosexuales se asocian entre sí», sin que se establezca claramente que la actividad homosexual es inmoral».
No puede haber absolutamente ninguna duda de que New Ways Ministry , la hermana Jeannine Gramick y el padre James Martin encajan en esta descripción, tantas son sus declaraciones e iniciativas,que tienden a subvertir la doctrina de la Iglesia. Por tanto, no es posible establecer de ninguna manera una continuidad entre el magisterio actual y el de Juan Pablo II y Benedicto XVI: es más que una ruptura, es exactamente lo contrario. Es cierto, todavía no ha habido un acto magisterial del Papa Francisco que sancione este levantamiento, pero está la práctica que sabemos lo importante que es para este Pontífice: es incluso lo real lo que cuenta, «entonces los teólogos arreglarse solos», como dicen. Y quizás se estima que el Sínodo de octubre dará un fuerte impulso en esta dirección.
Así que el problema permanece y es enorme. Bien sabemos que el tema de la homosexualidad no es el único donde se pueden detectar contradicciones, pero en este caso la subversión del Magisterio es tan evidente e indiscutible que no se puede hacer la vista gorda. Y sobre todo corresponde a cardenales y obispos resolver este problema: adaptarse o esperar a que pase la noche, no puede ser la solución.
Por ricardo cascioli.
Nacido en Terni, se graduó en Ciencias Políticas en la Universidad de Perugia. Comenzó su carrera periodística como editor de la agencia Asia News y luego pasó al diario Avvenire en 1989. Ha estado en el Compass desde 2010.
Entre sus libros, pueden citarse: «La conspiración demográfica» (Piemme 1996); “Las mentiras de los ambientalistas” 1 y 2 (2004 y 2006); «Los amos del planeta» (Piemme 2009); “Por qué la Iglesia tiene razón: sobre el desarrollo, el medio ambiente, la demografía…” (Lindau 2010).
Sábado 17 de junio de 2023.
Ciudad del Vaticano.
lanuovabq.
